Tuve que tomar un rodeo. La calle de siempre estaba cortada y los camiones de bomberos y los policías de uniforme y las cintas amarillas me bloqueaban el paso. Confieso que más allá del mero cotilleo, me daba igual lo que hubiera sucedido. Fuera lo que fuese, yo estaba vivo. Así que me alejé del tumulto de gente curiosa y tomé un desvío por mi plaza favorita. A veces olvido que sigue ahí, y ahí seguía. Muy cerca de los árboles, de las puertas cerradas.
También a ella la dejé atrás. Corrí y corrí. Como no tengo coche ni sé conducir, solo podía enlazar un paso tras otro. Lejos, lejos. Porque lejos adquieres perspectiva. Pensaba que de esta manera podría exorcizarlo todo. Dejaría de ser el bufón del cuento. Lo que otros esperaban de mí ya no importaría, solo lo que yo sentía. Lo que de verdad yo deseaba. Lo que ya no importa. Corrí sin rumbo hasta que volví a encontrarme. Y pasó Octubre. Y recordé que si quería, podía tener lo que quería.

Pastora siempre es perfecto para perderse, encontrarse, y hasta para perderse aposta, como si fuera un juego.
ResponderEliminarY octubre se fue volando.
Pues sí, Fer, sí. "¡Qué intensidad!" (en palabras de Dolo Beltrán). Aunque realmente estos días me pierdo y me encuentro con "Concert pitch" de Empire of the Sun. En general la buena música siempre es buena compañía para estos trances.
ResponderEliminarIrse tan lejos que ves la Tierra enana buscando esa perspectiva. Aunque ahora tienes problemas más graves, porque estás en el espacio sin oxígeno y te estas ahogando. Mejor no irse tan lejos. ^^
ResponderEliminarAsí es, Sergio. Ya dije que Gravity era la película que necesitaba :)
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