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Last Night / Sólo una noche

"Puedo resistirlo todo menos la tentación", decía Oscar Wilde. Y tenía toda la razón. Pero hay formas y formas. La tentación siempre puede aparecer tras la próxima esquina, sí. Ignorarla, darle la espalda, sólo significaría frustrarnos, retrasar lo inevitable y hasta entonces acumular un rencor desmedido que acabará pasándonos factura. Una vez hemos conocido la tentación, al final siempre acabaremos cayendo en ella. Pero en nuestras manos tenemos el poder de pecar de una forma honesta, sin traicionar confianzas ni dinamitar autoestimas de terceras personas.


De tentaciones trata "Sólo una noche". De tentaciones e infidelidades hipotéticas, latentes. La atracción puramente física versus la atracción espiritual. Puertas entreabiertas que no sabemos si cerrar suavemente o abrir de par en par. El excitante y terrible "¿Y si...?". La culpabilidad de descubrir nuevas posibilidades. La destrucción de la renuncia. Y el eterno dilema: ¿lo que ganaríamos es mejor que aquello que perderíamos?

No quiero ser tópico pero se nota que la película está escrita y dirigida por una mujer, Massy Tadjedin. No tanto porque la verdadera protagonista de "Sólo una noche" sea Joanna (Keira Knightley). Se nota sobre todo en la complejidad de los personajes, en la atención a los detalles (magníficos primeros cinco minutos), en la sensibilidad de los diálogos (inteligentes, nada zafios) y en la valentía con que Tadjedin aborda la situación en la que se ven atrapadas estas cuatro personas. No hay lugar para medias tintas ni tópicos: las infidelidades son como son. Se nota que una mujer está al mando incluso en la elección de la delicada banda sonora de Clint Mansell: piezas a piano tan sensuales y tan tentadoras como esos escenarios nocturnos que recorren ambas parejas.

Las propias ciudades parecen incitarles a caer en la tentación. En este contexto casi hostil, los personajes secundarios ejercen de necesarios pepitos grillos. Hablan con los protagonistas para ayudarles a hacer examen de conciencia, para que pronuncien en voz alta lo que no se atrevían ni a reconocerse a sí mismos. Y es que cuando el deseo te desorienta, incluso un perro puede servirte de guía.


Supongo que sientes que una película es realmente buena cuando ésta te habla, cuando te adentras tanto en su historia que desearías haberla rodado tú. Cuando, de hecho, podrías haberlo hecho tú sin cambiar ni una coma. Me fascinó "Sólo una noche" porque lo disecciona todo con una elegancia, una sinceridad y un sentimiento envidiables. Al final, queda claro que la honestidad siempre es el mejor camino. No el más fácil, claro, pero es que las buenas personas no buscamos nunca lo fácil. El último plano de la película, por cierto, es sencillamente perfecto.

Once you know something like that, you can't unlearn it.

btemplates

9 comentarios:

Juliet dijo...

¡¡Ooooh qué ganas tengo de verla!! Ya no sólo por Guillaume Canet jeje. Leyendo tu post resulta irresistible. Me la apunto :)

Alex Pler dijo...

Te gustará seguro... Las escenas de Joanna son un poco "¿Qué habría ocurrido si Jesse y Céline se hubieran encontrado en Nueva York?". Los diálogos son muy de ese estilo.

Juliet dijo...

Convencida!! Esta misma tarde voy a verla :)

David dijo...

Si ya tenía ganas de verla, esto solo me reafirma! A ver si cae en breve y la comentamos!

Alex Pler dijo...

Espero vuestras impresiones cuando la hayáis visto. Supongo que impacta/emociona más si lo has vivido en tus carnes...

David dijo...

La he visto este finde. Me ha gustado justo como esperaba. Desde luego, el personaje protagonista es el interpretado por Keira Knightley, y bien, porque me parece mucho mejor actriz que Eva Mendes o Sam Worthington.
Guillaume Canet cumple sobradamente, qué genio tras "Pequeñas mentiras...".
La historia te lleva de la mano, como bien dices, desde la primera escena tan bien hilvanada (qué banda sonora más idónea) hasta el final. Hasta ese plano más que perfecto, toda la razón del mundo. Impagable también el plan "zapatos", y el que la haya visto lo entenderá.
Lástima que el papel de Michael Reed lo interprete Sam Worthington, si hubiera habido un actor de verdad, la película ganaría enteros. Nunca me ha transmitido nada este hombre... siempre parece que tenga la misma cara. Imaginad un Ewan McGregor o un Jon Hamm en su papel.
Eva Mendes tampoco es actriz de mi agrado, pero tiene dos escenas que consiguen que incline la balanza por ella. Sin querer destripar: cuando está en la cama de su habitación de hotel, con el móvil, consigue una expresión antes de cambiar de escena que me gusta. Lo mismo para su último plano. Ahí transmite más que Worthington en toda la película, y por ello consigue aportar una dimensionalidad a su personaje que no tenía hasta ese preciso instante, justo cuando tiene que tenerla.

Alex Pler dijo...

¡Qué bien que te haya gustado tanto! Sam Worthington sé que no es buen actor, pero me pone burrote, así que se lo perdono todo. De todos modos, creo que lo eligieron conscientemente, como contraste absoluto de Guillaume Canet. Y Eva Mendes... a mí me ganó en la escena de la piscina, pero es que efectivamente tiene dos o tres momentos donde su personaje evoluciona sólo con los gestos y las caras que pone la actriz. Bravo por ella. Keira Knightley está perfecta, me sentí identificadísimo con esa mezcla que consigue transmitir de celos, rabia, inseguridad, felicidad, emoción...

No sé cómo está funcionando en taquilla pero creo que no la han sabido vender bien. Por el cartel te imaginas la típica comedia romántica made in Hollywood, y en cambio te encuentras una película con una sensibilidad y una forma de tratar el tema únicas.

David dijo...

Tienes razón, la están vendiendo como comedia romanticona y no lo es. Cuando vi los carteles en buses y marquesinas, no me atrajo nada. Fue al leer de qué iba que la anoté en la lista de pendientes. Y me ha gustado mucho. Es que incluso los secundarios, que tan bien defines como "pepitos grillos", tienen momentos memorables. Las preguntas del editor a Keira en la cena, cuando se quedan solos, son perfectas. Y cuando este mismo editor le dice al personaje de Guillaume Canet que no haga nada, que mantenga la relación como está porque, si avanza, ya no será lo mismo. ¡Escenas así ya merecen la entrada!

Alex Pler dijo...

Es que las 2 conversaciones que mantiene el editor con Johanna y con Alex son de lo mejorcito de la película... Cómo les hace hablarle a él de aquello que no se atreven a comentar entre ellos. Buenísimo.

Otras escenas que disfruté muchísimo era cuando superponían el audio de la conversación de una de las parejas con imágenes de la otra. Entre ese detalle y el piano omnipresente... ¡menuda atmósfera se crea!

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