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Take a minute

Hoy he vuelto a sentir que la ciudad iba a mi ritmo. Llevaba semanas sin sentirlo. Dicen que tienes más energía cuantas más cosas debes hacer. Que el cuerpo es sabio, que a contrarreloj produces más y mejor. Antes lo compartía, pero para mí ya hace tiempo que dejó de ser cierto. Será la edad, no lo sé: bajo presión me agoto enseguida. Hasta tal punto que, a veces, incluso la cafeína me da sueño.


Por ejemplo, cada vez llevo peor los lunes. Noto que la gente vuelve renovada del fin de semana y están hiperactivos. Piden, llaman, preguntan, ordenan, insisten. Yo necesito acostumbrarme al mero hecho de que sea lunes. Voy despacio y tengo que reacomodarme al flujo de las cosas, pero para cuando lo consigo, vuelve a ser viernes y vuelta a empezar.

Me siento como si viviera en otra dimensión donde las cosas ocurren a otro ritmo. Donde ya no existe ese Alex que rendía a pleno pulmón cuanto más trabajo había. Y así con todo. Cosas que antes me gustaban, ahora no las soporto. ¿Han cambiado ellas o he cambiado yo? ¿No estaré viendo a través de una rendija un mundo al que ya no pertenezco?

Pero hoy ha sido distinto. Los demás se han calmado y he podido disfrutar cada minuto. Cada canción, cada frase, cada kilómetro. No sé si darle las gracias al frío o a la lluvia. El caso es que todo estaba alineado y por un momento he vuelto a sentir que todo fluye aunque ya no consiga apreciarlo. Pasos largos, pasos cortos. La cuestión es llegar. En eso sí continúo creyendo.

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6 comentarios:

Montse dijo...

Últimamente me he preguntado más de una vez lo mismo:¿No estaré viendo a través de un rendija un mundo al que ya no pertenezco?...pero no reconecto.

Mamen dijo...

Yo también me he preguntado lo mismo. A veces pienso que mi trabajo no está valorado, y da igual el día de semana que sea... porque últiamente veo todos los días iguales. Y a veces lo hago con más ganas y otras, pufff, sin ganas. Necesito una escapada, tiempo para mí, preocuparme más por mí, tomarme un descanso, respirar profundamente. Olvidarme de todo un poco. Aunque luego, no hago nada de eso y al final, veo que no conecto en este mundo.

Un abrazo!

Alex Pler dijo...

Parece que somos unos cuantos los desconectados... Tendremos que construirnos otro mundo, con otras conexiones y otro ritmo.

Lo del trabajo lo entiendo perfectamente. Tanto esfuerzo y tan poca valoración. Y el no poder quejarte porque otros ni siquiera tienen trabajo. Y saber que cuando termines X tarea, llegarán otras 10 para hacerlas YA. Empiezo a entender la necesidad de las vacaciones. El cerebro tiene un límite.

Gracias por vuestros mensajes, Montse y Éowyn. Ahora estoy embarcado en la escritura de algo que tiene mucho que ver con todo esto. Pensaba que quizá nadie lo entendería... y me habéis animado :)

Mamen dijo...

Alex,

Sabes que me gusta leerte y te comprendo. Así que te animo a que sigas escribiendo. Yo como las animadoras: Dame una A, dame una L, dame una E, dame una X, Aaaaaaaleeeeex! Estaré a tenta a tus próixmo comentarios.

Saludos y feliz Domingo.

Sergio dijo...

Aunque no lo parezca, la gente que suele trabajar en el sector creativo (y digo trabajar y no que tenga trabajo) tiene esa sensación de aislamiento. Pero no es malo en teoría, porque si has de ser creativo y original no has de estar metido en lo común, en el mundo donde la mayoría están.

Aparte que cada cual tiene su propio ritmo de trabajo y su momento de lucidez, así que "poc a poc i bona lletra".

Alex Pler dijo...

Jajajajaja con cheerleaders y todo... ¡así da gusto, Éowyn! Gracias :)

Así lo haremos, Sergio. Pasito a pasito. Lo bueno de estos estados de ánimo es que son oleajes que vienen y van. Y que encima puedes utilizarlos a tu favor creando algo distinto. ¡Todo son ventajas! Un abrazo también a ti, gracias.

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