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¿Cómo dejar de ser uno mismo si eres algo mejor?

"A veces no basta con que merezca la pena". Con esta cita de Hiromi Kawakami empecé este año. Y poco después, un buen amigo me daba el mejor consejo: "Tienes que pensar en ti". Ese ha sido mi objetivo principal a lo largo de 2011: pensar en mí, dedicarme a mí. Quererme. En mi mente, se repetía una escena de Mujeres Desesperadas en que Edie Britt y Susan Delfino se quedan encerradas en un sótano; Edie acusa a Susan (que es mi mujer desesperada favorita y con la que más me identifico) de ser una arrastrada de los hombres porque nunca ha sabido estar sola: el diálogo me impactó especialmente, porque me di cuenta de que yo había sido igual durante 28 años. Y eso no podía ser así. Hay que saber depender de uno mismo. Alcanzar un estado mental que a veces describo como The Edge of Glory, pero también como State of Independence: no necesitar nada más que lo que ya tienes, lo que ya eres... pero dejando la puerta entreabierta a todo lo bueno que pueda llegar para completarte.


Cisne Negro fue una de las primeras películas que vi este año y me dio las claves para dejar de ser lo que se esperaba de mí, lo que yo me había creído que tenía que ser para ser yo. Así, pasito a pasito, empecé a conocerme a mí mismo. El Alex real. Ha sido un proceso de probar cosas nuevas, de no decir que no a casi ningún plan porque en cualquier plan podía descubrir una nueva faceta mía. No todo me gustaba, pero con todo aprendía. Y probando y descartando, poco a poco voy afinando quién soy. Quién me gusta ser.

Midnight In Paris me confirmó lo mismo que aseguraban en How I Met Your Mother, que lo nuevo siempre es mejor. Ha sido uno de mis lemas de 2011. Precisamente, el protagonista de HIMYM es el responsable de mi película estrella de este año: Happy Thank You More Please, que no he dejado de recomendar. Su filosofía vital ha sido el subtítulo de este blog durante muchos meses. Seamos personas que merecen ser queridas, porque lo merecemos. Eso y abrir los ojos a lo que siempre estuvo allí y no veías. O sobre todo: dar las gracias por todo lo que recibes de los demás. Dar gracias y pedir más, por favor. Last Night me sosegó porque viéndola supe que había hecho bien las cosas (todo lo bien que se puede hacer cuando tienes que decidir entre sobrevivir o hacer daño) y One Day resume muy bien lo que pienso y siento sobre esas historias que se quedan en Destino Oculto, como por ejemplo el romance intelectual de Weekend. La verdad es que este ha sido un año de mucho cine, aprovechando que ahora vivo en el barrio que siempre había querido vivir, Gracia, y tengo los Cines Verdi a 5 minutos de casa. Con El Árbol de la Vida sentí emociones intensas que tuve que digerir, mientras que las casi tres horas de Pequeñas mentiras sin importancia se me pasaron en un suspiro gracias a personajes que me gustaría tener en mi vida.

2011 ha sido un año de muchísima buena música, alguna nueva y alguna ya conocida: Florrie, El Pescao, Those Dancing Days, Andrea Corr, Aqua, The Sound of Arrows, Pastora, La Casa Azul... Canciones con las que he aprendido, canciones con las que he bailado.


También ha sido un año de muchos libros, porque me regalé un diario de lecturas y he retomado el hábito de devorar libros. He conectado con autores fantásticos, como Javier Montes, Hiromi Kawakami o Mathias Malzieu. He releído a Terenci Moix, cuya novela Olas sobre una roca desierta ha sido y será mi nuevo libro de cabecera porque "En algún lugar, supongo, tiene que haber algún reino, un mundo, un ser, una cosa, una sola idea que, nada más cogerla, me haga sentir un rey". Albert Espinosa ha sido muy decisivo también este año, sobre todo su mágico Si tú me dices ven lo dejo todo... pero dime ven. Sólo ahora me doy cuenta de lo importante que es ese título. Así pienso yo, y no quiero cambiarlo. Con Nada de Janne Teller aprendí las cosas a las que no quiero renunciar, y con Siddhartha de Hermann Hesse aprendí todo de lo que me puedo desprender para ser yo mismo. En mi corazón lector también hay un rinconcito para las lecciones de El arte de no decir la verdad y El año zen, libros que me han servido para sobrevivir en muchos momentos de este año.

En 2011 he encontrado nuevos faros cuyas señales me guían, como mis pizarras favoritas de toda Barcelona. Me he comprado por primera vez mi propia cama. Ya no necesito el llavero con forma de llave de Kingdom Hearts: primero se partió un trocito y hace unos días la cadena se rompió; no la arreglé, me limité a sonreír. He comprendido que se puede sonreír bajo la lluvia. Que hay que ser positivo siempre, y por eso en Facebook cada día lo he empezado colgando una canción que me sube el ánimo. It's a beautiful life. He aprendido que hay que dejar espacio en la nevera para tener sólo las cosas que me gustan. Y también he comprobado que hay que perder el miedo a arriesgarse, porque prueba a prueba, vamos aprendiendo. Mejorando.

He salido mucho más, aprovechando no solo la soltería y las nuevas amistades sino también que ya no se puede fumar dentro de los locales y gracias a eso no me lloran los ojos y cuando vuelvo a casa mi ropa sigue oliendo a limpia. He probado alcoholes muy variopintos, y ahora los disfruto. He bebido por primera vez delante de mi madre, brindando con ella. Pero lo más importante de todo 2011 es que he mejorado la constancia. Me he propuse acabar mi primera novela antes de cumplir 30 años, y sé que lo voy a conseguir porque desde agosto, escribo como mínimo una página cada día. Además, por ahora estoy muy contento con los resultados. Y sé que retomar este blog a principios de año y tomármelo en serio me sirvió para, meses después, ser capaz de escribir de forma constante.


En 2011, por fin, puedo decir que he aprendido a disfrutar la soledad. No me ha importado estar solo. Me gusta tener tiempo para mí. Me gusta, por ejemplo, ir solo al cine y pedir una entrada y que a veces la persona de la taquilla no me entienda porque al parecer sólo oye los números pares. Pero también he disfrutado de los amigos, por supuesto. Han sido muy importantes, algunos incluso decisivos. He hecho nuevos amigos, pero también he redescubierto gente que ya estaba en mi vida pero con la que ahora los lazos se han hecho más fuertes. Con todos ellos he vivido cenas, Fireworks, conciertos, bar de los miércoles, noches de jueves, Xalupadas, Malasaña, cerveza japonesa, Blue Tropics, 43, Arenas y Átames y Museums (y Cangrejos y Metros), el Maresme, Lavapiés, tiradas de cartas, On The Floors, Cremas, Penúltimas, Udons y Recons, películas, risas, cumpleaños, simulacros, viajes, exposiciones, desayunos en el McDonald's... muchas experiencias, mucha gente que ahora está en mi vida y de la que me ha gustado disfrutar y espero seguir haciéndolo el año que viene. Gracias a todos por estar ahí.

Por último, también quiero dar las gracias a quienes leéis este blog y contestáis a veces o incluso lo recomendáis. Nos vemos el año que viene: mañana mismo. 2012 va a ser aún mejor. De The Edge of Glory pasaremos a The Glory.

Más, por favor.

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The Artist

Renovarse o morir. No rebelarse contra los caminos del mundo (que diría el Dokkôdô). Saber seguir el avance de los tiempos; dejar que las cosas fluyan, y tú con ellas.  Le recomendaría a Lucía Etxebarria echarle un vistazo muy atento a esta película, después de su última polémica. La tecnología avanza, y debemos ser capaces de utilizarla a nuestro favor.


Promocionan The Artist como una historia de amor, y la hay, y es preciosa, pero la verdadera columna vertebral de la película es la historia de un actor de cine mudo que entra en decadencia con la llegada del cine sonoro. Él ridiculiza el invento, y la industria y el público le dan la espalda. Jean Dujardin borda el papel de galán crápula y a la vez tierno, en horas bajas, pero con empuje suficiente para salir adelante.

La película es en blanco y negro y, rizando el rizo de los riesgos comerciales, es muda a lo largo del 99% del metraje. No hay voces ni más sonidos que la música, gran banda sonora que refuerza cada escena. El ya mencionado Jean Dujardin y la encantadora Bérénice Bejo brillan como el dúo protagonista, son muy expresivos porque la película se tiene que apoyar en sus gestos, miradas y expresiones pero nunca caen en lo ridículo. Ambos están arropados por un gran elenco de secundarios y un equipo técnico que consiguen trasladarnos a una forma de hacer cine que ya no existe. A los dos minutos de empezar te olvidas de que la película sea de una forma o de otra y simplemente disfrutas de lo que te están contando.

Mis momentos favoritos: la pesadilla (donde el director se atreve a jugar con el sonido atronador) y el abrazo de la protagonista, Peppy Miller, con la chaqueta de George Valentin. Emocionante. ¿He hablado ya de la música? ¿De la expresividad de los actores? ¿De cómo juegan con el montaje y los sonidos y los carteles de texto? ¿He dicho ya que tenéis que verla todos?


Ahora la han estrenado en pocos cines, pero dentro de unos meses la reestrenarán por todo lo alto porque arrasará en las ceremonias de premios. Quiero creerlo. Tendría que ser así, porque es un homenaje al cine. Al cine de verdad, al que quiere emocionar y contar historias y hacerlo bien, por encima de las previsiones de ingresos en taquilla y el merchandising. Da gusto poder ir al cine a ver precisamente eso: cine.

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Hiromi Kawakami - Abandonarse a la pasión

Supongo que en algún momento llegaremos a algún lugar.

Tenía ganas de otro libro de esta autora japonesa, después de los estupendos Algo que brilla como el mar y El cielo es azul, la tierra blanca. En este caso el libro consta de ocho relatos protagonizados por mujeres atrapadas en diferentes momentos de una relación amorosa. Todas huyen, o lo intentan. Unas huyen de la monotonía abandonándose a la pasión y otras se abandonaron a sí mismas con hombres que las maltratan de los que ahora intentan escapar.


Hiromi Kawakami vuelve a maravillarnos a la hora de desentrañar los sentimientos más sencillos y, por eso mismo, también los más complicados de elevar a literatura. Ella lo consigue con una prosa sensible que jamás cae en la cursilería. Y como es habitual en ella, vuelve a tener una presencia destacada la naturaleza, una naturaleza desbordada. También se mantiene ese estilo de escenas breves a modo de instantáneas que se van hilando unas con otras a medida que las protagonistas de los relatos hacen memoria.

Pero este Abandonarse a la pasión sorprende por la cantidad de sexo que encontraremos. Tendemos a pensar en las mujeres japonesas como unas mojigatas. No lo son las de estos relatos y no lo es Hiromi Kawakami.  Escenas de alto voltaje, adulterios, cuerdas, tríos, sadomasoquismo, sexo por costumbre, sexo por aburrimiento. Es curioso que estas escenas que deberían ser eróticas a la hora de la verdad sean las más frías de una autora tan apasionada.


La historia más impactante quizá sea la de los dos fantasmas que una vez fueron amantes a la fuga y ahora viven en un mundo que les es extraño, pero en realidad incluso los relatos en apariencia más cotidianos (dos compañeros de trabajo cenando juntos en un lugar remoto, por ejemplo) tienen algo de mágico gracias a esas atmósferas que tan bien construye la autora. Relatos que podrían ser escenas de una misma novela (una mujer siempre a la fuga, siempre enamorada), relatos para saborear el talento de Hiromi Kawakami en dosis intensas.

No hay nada imposible en este mundo. Sólo queremos convencernos a nosotros mismos de que hay cosas que no podemos hacer.

Lo que cansa no es huir, sino pensar en todo lo que has dejado atrás.

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Terenci Moix - Mundo Macho

El poder no es nada si no es bello.

El impacto que debió suponer el hecho de ser lector de este libro en 1971, fecha de publicación original. Me gustaría haberlo sentido. Si ahora ya me impacta en su relectura, entonces, 40 años atrás, habría sido un shock de esos que marcan de por vida. Y qué valentía la de Terenci Moix la de publicar esto en una España, la del franquismo, no tan diferente al mundo de fantasía que describe.


El punto de partida: un famoso cantante de rock es secuestrado para gobernar un país exclusivamente masculino que parece existir al margen de nuestra civilización y al mismo tiempo ser el resultado, el cúmulo de toda nuestra Historia. ¿Existe ese Mundo Macho que nos describe el protagonista? Nos gustaría creer que no. Allí, los hombres se comen vivos a sus hijos "impuros" (considerados así por sus defectos físicos, o porque su atractivo o intelecto no están a la altura de las exigencias del país...), las mujeres viven prisioneras en cavernas y sólo sirven para procrear una vez al año, ejército y religión van de la mano y lo dominan todo, hay que superar ritos inhumanos para entrar en la edad adulta, y el único dios tiene forma de Cobra.

Escenas muy explícitas de torturas y canibalismos varios se alternan con bellísimas descripciones de los paisajes, los manjares y la arquitectura de Mundo Macho, que para sorpresa del protagonista es un amalgama de civilizaciones y estilos (egipcio, griego, romano, bizantino, gótico, renacentista, etc). A lo largo de la novela se habla, y mucho, del poder. De cómo el poder cambia de máscara a lo largo de las épocas, pero sigue siendo un poder despiadado. El gobierno de Mundo Macho nos recuerda a los totalitarismos europeos del siglo XX (hay claras reminiscencias del nazismo, el fascismo italiano y el franquismo). Terenci Moix incide también en el poder totalitario, marginador de la belleza. La belleza por encima de todo lo demás: de la cultura y de la humanidad.

La novela es también una reflexión sobre el precio de la fama; de cómo se construye una estrella pensando en cada detalle del personaje y sus actuaciones para obtener los máximos beneficios, pero pasando por alto los efectos que se provocarán en la salud mental de la persona que encarna a esa estrella. Es un bucle triste: la fama destruye y la fama la ansiamos. Así, la novela va derivando en una auténtica pesadilla a medida que el protagonista enloquece y ya no está seguro de si está drogado o viendo una película de su vida.


Mundo Macho es también una visión metafórica del despertar sexual en un mundo hipócrita que invita al mismo tiempo al erotismo y a la represión. Quizá también sea una crítica velada al mundo gay: hermético y delirante, lleno de defectos pero tan necesario para los hombres homosexuales (¿dónde ser uno mismo sino en el guetto?). Es, en resumen, un libro fruto de unas circunstancias y un tiempo muy concretos, y por eso mismo tan fascinante hoy en día... porque sigues viendo cosas muy actuales. Una de las obras más experimentales y sorprendentes de Terenci Moix. Un ejercicio de estilo: sueño, película, realidad inescapable. Huimos de aquello que perseguimos, perseguimos aquello de lo que huimos.


Pensé una vez más que la civilización más refinada, la belleza más lograda y la extrema perfección cultural no consiguen triunfar sobre la crueldad. Y que el despotismo sigue siendo amo y señor del universo, aunque se oculte bajo aquellos tres disfraces y reciba a lo largo de la Historia multitud de nombres diferentes, que pretenden ser disimuladores.

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Top 25 Canciones de 2011 (The Edge of Glory)

Mi 2011 ha sido un año lleno de canciones. De muchos descubrimientos musicales. De temazos inesperados que no aparecen aquí aunque seguramente lo merecían (I Wrote The Book de Beth Ditto, Ya Lo Sabía de Miranda, Perfection de Oh Land, Something To Die For de The Sounds, Lucky Day de Nicola Roberts...). Para que os hagáis una idea, preparando esta lista, llegué a tener 60 canciones candidatas. De esas, las que más me han hecho bailar a lo largo de estos últimos doce meses fueron a parar al Top 20 On The Floor.


Finalmente, para resumir mi 2011 me quedo con esas canciones que me han sonreído en todas partes, las que me han hecho compañía escribiendo, paseando o trabajando. Son 25 y todas me han llevado a ese estado mental, ese the edge of glory que ha definido este año. (Como siempre, complemento el top con su respectiva playlist de Spotify.)

25 canciones, 25 conceptos que he aprendido este año, 25 frases-talismán. Y empezamos...

25. Florence + The Machine - No Light, No Light
Señales.
You want a revelation, some kind of resolution.

24. JayMay - Rock Scissors Paper (RSP)
HappyThankYouMorePlease.
There was a message in a bottle at the bottom of the sea.

23. Shania Twain - Today Is Your Day
Sí.
You got what it takes, you can win, today is the day to begin.

22. Friendly Fires - Live Those Days Tonight
Poder.
I live those days, live those dreams, like they're all mine

21. Amaral - Hacia Lo Salvaje
Caminar.
Ha elegido caminar hacia lo salvaje, hacia lo salvaje, hacia lo salvaje, HACIA LO SALVAJE.

20. La Casa Azul - La Vida Tranquila
Escala de valores.
Cojo la bici... Vamos allá.

19. Natalia Kills - If I Was God
Máscaras (El arte de no decir la verdad).
I just want to give you the best version of me.

18. Andrea Corr - Tinseltown In The Rain
Lluvia.
All this talking is only bravado.

17. Coldplay - Every Teardrop Is A Waterfall
Resistencia.
I'd rather be a comma than a full stop.

16. Katy Perry - Firework
Autoestima.
Maybe you're reason why all the doors are closed so you could open one that leads you to the perfect road.

15. Melanie C - Think About It
(R)Evolución.
I want to be someone I've never been before.

14. The Sound of Arrows - Magic
Dejar fluir.
Seize a chance, follow a dream, be yourself, don't plan and scheme.

13. Adele - Rolling In The Deep
Perdón.
Turned my sorrow into treasured gold.

12. M. Pokora - A Nos Actes Manqués
Luz.
Aux années perdues à tenter de ressembler.

11. Roxette - She's Got Nothing On (But The Radio)
Ambición.
What she got she got to give it to somebody.

10. Those Dancing Days - I'll Be Yours
Amistad.
Rain drops are falling but we're staying dry.

9. Belanova - Mariposas
Valentía.
No tengo miedo de explotar. 

8. MIKA - Elle Me Dit
Sonrisa.
Elle me dit: ecris une chanson contente.

7. Aqua - Playmate To Jesus
Perseverancia.
I'll find your frequency bit by bit.

6. Pastora - Un Pedazo De Tierra
Supervivencia.
Se acabó el misterio, ahora empieza el juego.

5. El Pescao - Buscando El Sol
Optimismo.
Haces que se me pasen las horas y salga el sol, a veces antes de tiempo.

4. Florrie - Experimenting With Rugs
Autoafirmación.
My heart isn't big no more.

3. Rihanna feat. Calvin Harris - We Found Love
Euforia.
We found love in a hopeless place, we found love in a hopeless place, we found love in a hopeless place, we found love in a hopeless place...

2. Dido - Everything To Lose
Aprendizajes.
And I'd love to be alive but I was not afraid to die.

1. Lady Gaga - The Edge Of Glory
Plenitud.
I'm on the edge, the edge, the edge, the edge, the edge, the edge, the edge!

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The Future

Esta película gana en el recuerdo. En el cine le notas elementos que quitarías (¡ese gato digital filosofando con voz aguda!), pero esos defectos se olvidan al día siguiente y, a partir de entonces, al hablar de ella, lo haces con un buen sabor de boca.


El Futuro nos cuenta los días finales de una pareja y lo hace con todo el realismo de la situación: con todo lo que tiene de trágico y de cómico, pero sin prescindir de la fantasía (el gato parlanchín que ya he mencionado, pero también cosas como el poder de detener el tiempo).

No es que Jason y Sophie ya no se quieran, es más bien que su relación los ha adormitado. Ya no hay pasión, no sólo entre ellos: tampoco tienen pasión ya por su trabajo, y han renunciado a todos sus sueños. Tienen que romper con eso en lo que se han convertido (una pareja con sendos portátiles que apenas se hablan y no se levantan del sofá ni a por agua) para poder explorar el mundo y descubrir quiénes son, quiénes quieren ser. Claro que eso conlleva locuras y vértigos, y son esas cosas -esas consecuencias de ansiar un cambio- las que explora la película.

Lo mejor: la larga secuencia donde Jason se deja guiar por su instinto y va siguiendo todas esas casualidades que él ve como señales llamándolo hacia su futuro, su nueva vida. Ahí la película me pareció fascinante, cómo van enlazándose todas las pistas hacia una resolución imprevisible.


Pero hay más momentos brillantes: el grito desde la ventana (momento reflejado en el póster), cierta escena de sexo (un culo en pompa como metáfora de la necesidad absoluta de algo parecido a la pasión) o la de la playa, controlando las olas.

Sorprendente, experimental, divertida, implacable y a ratos pretenciosa. Como el futuro mismo. Dadle una oportunidad si tenéis ocasión.

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Restless

You can get a lot done in three months.

Se acerca final de año y me gustaría terminarlo colgando algunas críticas pendientes. Restless la vi la semana pasada. Había visto el tráiler, pero (extraño en los tiempos que corren) no cuenta apenas nada, y aún así me llamó poderosamente la atención. Parecía preciosa. Y vaya si lo era. Cuenta una historia de amor, pero no es una película romántica. Y salen muchos funerales a lo largo del metraje, pero tampoco es un dramón.


Restless "sólo" es la historia de cómo a veces, conoces a la persona correcta en el momento oportuno, justo cuando estás perdido y necesitas alguien que te devuelva a la senda de tu propia vida. Sabes que no es una persona que se vaya a quedar eternamente junto a ti, pero en ese poco tiempo compartido te enseña (te recuerda, veces) cosas importantes. Apreciar los pájaros, tocar el xilófono, ir en bici, lanzar piedras, enviar cartas, decir adiós a los fantasmas que te hacían compañía, quererte, reír. En fin: esos amarillos de los que tanto habla Albert Espinosa.

La pareja protagonista son los estupendos Mia Wasikowska y Henry Hopper, que ya encadilan al público desde esa primera mirada en medio de un funeral. Gus Van Sant no apuesta por el melodrama de una historia que se prestaría a ello, sino por ensalzar lo positivo. Prueba de ello es que hasta la escena que parecía más trágica acaba siendo una broma divertida, y se hace un uso excelente de las elipsis para incidir en el efecto vitalista que tienen estos dos personajes, el uno con el otro. Todo adornado con una fotografía cálida y un vestuario de modernos que estuve deseando tener una escena tras otra. Qué bien les queda todo y cuánto me gustaría tener la ropa de él en el armario.


¿Sabéis esas peliculitas que sin ser ninguna maravilla, os emocionan y os cuentan cosas? Pues eso es Restless, ni más ni menos. Corred a verla si aún la encontrais en cartelera. Y enviad vuestras cartas pendientes mientras haya tiempo. Siempre. Que no queden cosas por decir.

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You see?

Anoche mientras volvía a casa encogido de frío y pensando en mis cosas, iba a tirar el envoltorio de la crepe de chocolate blanco que acababa de comerme, cuando de repente me saltó en el mp3 Drowned World / Substitute For Love. Es mucho más que la mejor canción del mejor disco de Madonna. Es mágica.

Siempre suena cuando tiene que sonar. Siempre me evoca algo nuevo y poderoso su letra acerca de la fama y el amor y la soledad y el aprendizaje. Los versos son siempre los mismos, claro, pero cada vez interpreto sus palabras de una forma más nueva, más intensa, más decidida (me gustaría creer que también más sabia). Las canciones crecen con nosotros, sobre todo las que son así de personales. Las hacemos nuestras.

Colgué la canción en mi muro de Facebook y luego recordé que contiene un sample de un tema poco conocido, Why I Follow The Tigers; de hecho, según aseguran sus autores, Drowned World también comparte temática con su canción. Así que busqué la letra. Y la encontré. Y sonreí. Las piezas encajaron.


WHY I FOLLOW THE TIGERS

You see, it's this way
I don't chase the tigers, I follow them
Through their forests, down their beaches, to their lairs
Why?
Well, why do people look after parades
And dance at discotheques?
They're all trying to come in from being alone
They want to be part of the crowd
Not me exactly
I just don't want to be alone anymore
But I don't want to be part of anybody's crowd
Tigers, they don't bunch up
Still, they're not alone
I'd sure as hell rather run with tigers than hide out with a goldfish

Leyendo este auténtico poema, confirmé que Drowned World / Substitute For Love es mágica. Sí. Por eso sigo a los tigres. This is my religion.

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Top 20 Canciones de 2011 (On The Floor)

La ley antitabaco ha traído muchas cosas buenas. Para mí, sobre todo, el poder salir de noche sin que me lloren los ojos, y luego volver a casa con la ropa aún oliendo a mi colonia, y no al tabaco de los demás. Ha sido una suerte, porque sino habría acabado con los ojos ahumados: este año lo estrenaba junto con la soltería, y por eso las salas de baile me han visto más en 2011 que en los 28 años precedentes.


He descubierto que podía bailar, que podía pasármelo bien, que podía hacer muchas cosas que jamás pensé que haría. Además, noche tras noche, a base de reencuentros y descubrimientos, hemos construido un grupo de amigos fantásticos, con nuestros rincones fetiche, nuestras charlas profundas pre-baile, nuestras copas ya clásicas y nuestros bailoteos petardos. Por todo ello, para despedir este año, además del tradicional top de canciones (que llegará la semana que viene), también voy a hacer este otro top de canciones de baile. Son las que más me han hecho sudar este 2011. (Como siempre, acompaño la entrada con una lista de reproducción de Spotify.)


20. The Young Professionals - D.I.S.C.O.
De Israel llega este dúo con un bombazo cuyo estribillo homenajea (¿samplea?) a un clásico de la música disco. Si sabéis de algún lugar donde la pinchen, avisadme, porque sé que tendrán buen gusto e iré de cabeza. Di-ai-es-si-ou.

19. Ricky Martin - Más
Hubo una época que esto sonaba cada noche en Átame y yo le preguntaba a mi amigo Jose: "¿Qué es esto? Me encanta". Y siempre era Ricky Martin. Qué tiempos aquellos en que iba al instituto y me compraba sus maxis con remixes de Pablo Flores. Ahora le bailo en antros gays. La vida y sus vueltas.

18. Alexandra Stan - Mr. Saxobeat
Quizá soy el único que adora esta especie de remix del villancico catalán "Fum, Fum, Fum" (un minyonet ros i blanquet, ros i blanquet, ros i blanquet). Una canción divertida, intrascendente, sin más.

17. M. Pokora - Oblivion
El "francés" más guapo (con permiso de Guillaume Canet) me ha viciado a dos canciones este año. Ésta es una de ellas, una evolución relativamente elegante de su sonido Timbaland. Gana con cada escucha y me quedo con las ganas de bailarla.

16. Calvin Harris feat. Kelis - Bounce
Los británicos están de suerte y pueden disfrutar del poligonerismo con (cierta) clase gracias a Calvin Harris. Aquí no lo pondrán nunca si no canta Rihanna o Kylie encima. Me conformo con dar saltos por mi casa mientras suena este temoto. Hands to the sky and throw your head back.

15. Melanie C - Rock Me
Empezaba el verano y Melanie C nos despistó a todos con dos primeros singles tremendos (Think About It y éste) que poco o nada tenían que ver con el resto del disco. Lástima, porque Rock Me, sobre todo en su versión dance, me parece arrolladora.

14. Black Eyed Peas - The Time (Dirty Bit)
Escucharla no es lo mismo que bailarla. No descarto que sea efecto del alcohol, pero este 2011 ha sido algo mejor gracias a sus explosiones. Siempre consiguen colarnos alguna canción redonda.

13. Sak Noel - Loca People
All day, all night... Lo curioso de esta canción es que me recuerda a una noche mágica que de repente me encontré bailando yo solo en DBOY, y digo curioso porque fue precisamente una de las pocas noches de este verano en que no la escuché. Me suena a los 90, porque sólo en los 90 se hacían canciones así (en el sentido más amplio de "así"). Al indagar, me sorprendió descubrir que era de 2011, pero no por ello me gustó menos, claro.

12. Snoop Dogg vs. David Guetta - Wet (Extended Remix)
La existencia de los samples quedaría justificadísima ya sólo con este remix. Coger trozos de otras canciones para llevar un tema menor hasta la estratosfera. Éxtasis. Tell me baby, are you wet?

11. Bob Sinclar & Raffaella Carrà - Far L'Amore (Club Mix)
No sé qué tiene este "remix" que, aun reconociendo la horterada suprema que es, me vuelve loco ya desde las primeras notas, y cuando el petardeo explota después del segundo estribillo no puedo parar. Pensaba que nos lo machacarían mucho más, pero hasta en los locales gays lo que ha triunfado ha sido Danza Kuduro.

10. Alexis Jordan - Happiness
Mi guilty pleasure personal. Doy las gracias a Museum por descubrírmela. La chica será una one hit wonder en mi vida, pero con esta canción que tan buen rollo me da siempre, ya se ha ganado el cielo.


9. Britney Spears - I Wanna Go / Till The World Ends
Britney es la única que consigue colocar dos canciones en mi top. I Wanna Go es 100% pop, y es mi favorita con diferencia para bailar y escuchar y todo, pero también tengo que acordarme de Till The World Ends porque la asocio a Toni Alonso y tiene sabor de blue tropic.

8. David Guetta feat. Sia - Titanium
Incluso mientras escribo estas líneas no sé si esta canción debería estar aquí o mejor reservármela para el top de canciones "normales" que colgaré la semana que viene. No he podido bailarla mucho, pero es un chute de energía increíble que me ha amenizado más de un paseo. Sia a por todas, y bien por ella.

7. Rihanna feat. Calvin Harris - Where Have You Been
We Found Love parecía insuperable y entonces llegó su hermana chunga para obligarnos a darlo todo. Una locura sucia y basta que lo peta. Poligonerismo reloaded. Where have you been all my li-i-i-ife?

6. Lady Gaga - Born This Way
No fue hasta el capítulo de Glee que le encontré cierto gusto a esta versión de Express Yourself de Madonna. De todos modos, baile a baile, he terminado cogiéndole cariño porque me recuerda a muchas personitas y buenos momentos de 2011. (Cien bailes después, sigo sin ejecutar bien la coreografía.)

5. Aqua - Like A Robot
Cuando se filtraron las primeras grabaciones en directo, pensé que iría directa a mi #1. No fue así, porque la versión estudio no es tan cañera. Aún así, esto son los Aqua que quería escuchar en 2011: actualizando su sonido pero conservando sus letras sexualmente gamberras.

4. Maroon 5 feat. Christina Aguilera - Moves Like Jagger
Adictiva como pocas, aún recuerdo el día que la pusieron en Spotify y la escuchaba en bucle porque el final y el principio se encadenan a la perfección. Buen rollo, autoafirmación, petardeo. Siempre suena cuando estamos a punto de irnos de la discoteca y siempre consigue lo mismo: que nos quedemos, porque hay que bailarla.

3. La Oreja De Van Gogh - La Niña Que Llora En Tus Fiestas
Jamás hubiera dicho que una canción de La Oreja De Van Gogh entraría en uno de mis tops, y ya no digamos si el top encima es de música de baile. Pero La Niña Que Llora En Tus Fiestas es un auténtico pelotazo que se merece este tercer puesto. ¡Mírame!

2. Natalia Kills - Mirrors
No es que esta canción la haya bailado en todo 2011, pero sí me ha acompañado cada noche, de camino a la Xalupada, y horas más tarde en el Nitbus, de vuelta a casa. Y por ello le tengo tanto cariño y la asocio tanto a las discotecas de Barcelona. Sigo sin entender de qué va realmente la canción pero no me importa, yo tengo mi propia interpretación, y con eso me basta y me sobra. The mirror's gonna fog tonight.

1. Jennifer Lopez feat. Pitbull - On The Floor
Recuerdo perfectamente la noche de Enero en que se filtró y la escuché por primera vez. Le dije a mi amigo Coque: "¿Con esto pretende volver? Es un horror". Doce meses después, On The Floor será la canción que más recuerde de 2011. El grupo de amigos que hemos ido formando, los findes locos, los jueves en Aire, las ganas de vivir, los "Así me gusta" entre risas: todo son buenos recuerdos con On The Floor.

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Ride the pain into the pleasure

Ayer me llegó el libro póstumo de un autor al que adoro, David Foster Wallace. Su mastodóntica La broma infinita me salvó del aburrimiento en muchos trabajos basura y con sus libros de relatos y ensayos no pude parar de reír: La niña del pelo raro, Entrevistas breves con hombres repulsivos, Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer... Era un autor especial, desbordante y excesivo pero meticuloso como pocos. Sabía sacar lo extraordinario de lo vulgar porque prestaba atención como nadie a los detalles.


David nos dejó en Septiembre de 2008, suicidándose tras una depresión que duraba décadas. Gran escritor hasta el final, preparó cuidadosamente el manuscrito de la novela en la que estaba trabajando, para que lo encontrasen y pudiésemos leerlo. Apenas 250 páginas en limpio, y montones de borradores, anotaciones, pruebas, ideas, etc, que hubo que descifrar y ordenar. Tengo muchas ganas de sumergirme en este libro. Seguramente sea mi última lectura del año y creo que será especial. Definitiva.

El extracto de la contraportada no podría ser más prometedor:


Resulta que el éxtasis -un placer sentido segundo a segundo y acompañado de gratitud por el don de estar vivo y de ser consciente- se encuentra al otro lado del aburrimiento absolutamente letal. Presta atención a la cosa más tediosa que puedas encontrar (las declaraciones de la renta, el golf retransmitido por televisión) y un aburrimiento como no hayas visto nunca se te echará encima en oleadas y a punto estará de matarte. Si consigues capear esas olas, será como si pasaras del blanco y negro al color. Como encontrar agua después de pasar varios días en el desierto. Un éxtasis constante en todos y cada uno de tus átomos.


Me fascina (de una forma triste, pero esperanzada al mismo tiempo) que alguien que terminó suicidándose fuera capaz de escribir algo tan positivo. A él no le sirvió, yo no dejaré que sus consejos caigan en saco roto. A por el éxtasis. Hay que encontrarlo. Esta noche empiezo a leer El rey pálido.

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Hermann Hesse - Siddhartha

Quiero aprender de mí mismo, ser mi propio discípulo, conocerme y penetrar en ese enigma llamado Siddhartha.

Esbocé una sonrisa al leer en la contraportada de este libro la frase "influido por el pensamiento junguiano". Pues claro: tantos años queriendo leer este libro, era lógico que por fin llegase a mis manos justo la semana en que tras disfrutar en el cine con "Un método peligroso", me interesé por las teorías de Carl Jung.


Siddhartha habla de la insatisfacción de un hombre, esa insatisfacción que le empuja a la perpetua búsqueda de la felicidad. La busca en la religión, el ascetismo, la vida errante, el trabajo, el amor, la contemplación, la familia... La busca de todas las formas posibles. Siddhartha busca, busca y nunca encuentra, porque se dedica a buscar, no a encontrar. Me fascina que cada capítulo gire alrededor de una forma distinta de acercarse a la felicidad.

Cómo son los prejuicios, que me esperaba un libro críptico, espeso, nada fácil de leer... y en absoluto: está tan bien escrito que se lee como el agua, como el agua de ese río al que Siddhartha va a parar una y otra vez a lo largo de su vida. Tanto es así, que casi lo devoré en un sólo día mientras estaba de viaje, luego me relajé y saboreé uno a uno los capítulos que me quedaban por delante.


Mientras lo fui leyendo, sabía que el libro era decisivo en mi vida. No ya por su mensaje o por mi forma de pensar y sentir, que al fin y al cabo siguen siendo las mismas que antes de la lectura; fue, sobre todo, porque me inspiró a la hora de estructurar ciertos capítulos de la novela que estoy escribiendo, me dió alguna idea, me ayudó a entender de qué va realmente mi libro. La importancia de "Siddhartha" se me confirmó al llegar al último capítulo. Ahí volví a esbozar una sonrisa. No, tampoco había sido casualidad que el día antes de leer este libro, le dijera a alguien que, en adelante, me deje libros de "encontradores", porque de buscar yo ya había tenido suficiente. Todas las piezas encajan cuando les das la vuelta.

Buscas demasiado y a fuerza de buscar ya no encuentras. (...) Encontrar significa ser libre, estar abierto, carecer de objetivos.

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Top 20 Álbums de 2011

Estos 20 discos me han acompañado de una forma u otra a lo largo de mi 2011. Algunos me han hecho a bailar, otros me han hecho compañía, muchos me han enseñado a crecer como persona, unos pocos me han emocionado de verdad... pero sin todos ellos no entendería este año. Quizá sorprenda la selección. O quizá no tanto si habéis ido leyendo este blog de vez en cuando. Sólo sé que estos 20 álbums definen mi 2011 y por eso están aquí, y no otros. (He creado una playlist de Spotify con la primera canción de cada disco, para presentarlos mejor y de paso acompañar la lectura de la lista.)


Y empezamos ni más ni menos que con...

20. Lady Gaga - Born This Way
"El mejor disco de la década" según Lady Gaga se cuela in extremis en mi top, y es que a pesar de que ella esté empeñada en que la aborrezcamos, es innegable que Born This Way contiene temazos que ya forman parte de nuestra historia. Lástima de portada (se ve que las fotos buenas las dejó para los singles) y sobre todo, lástima de tracklist excesivo. Con una selección exhaustiva que sólo incluyera las 10/11 mejores canciones, el disco habría ganado muchos puntos.

19. Jessica 6 - See The Light
El debut de Jessica 6 no está aquí sólo por temazos sueltos como White Horse o Prisoner Of Love, también por todo el conjunto de canciones. Están producidas con tan buen gusto que no importa escuchar el disco entero de principio a fin. Vamos, lo opuesto al anterior. No sé por qué, la música de Jessica 6 me suena a porno elegante, así que sé que sonarán el día que Alex Pler presente un libro sobre sexo.

18. Roxette - Charm School
Mis suecos favoritos volvían a principios de un año con un disco descafeinado. Dos o tres canciones dignas de sus mejores épocas junto a muchos temas menores. Aún así, les tengo cariño, se les echaba de menos, da gusto escuchar otra vez la voz de Marie y siempre preferiré un disco nuevo que el enésimo recopilatorio. La entrada para verlos por fin en concierto es uno de los mejores regalos que me han hecho este año.

17. Eva & The Heartmaker - Dominoes
Una de esas sorpresas a las que no sabes muy bien cómo llegas pero que te enamoran desde la primera escucha. Clásico ejemplo de participante en programa de televisión musical que se monta un grupo y calla bocas gracias a una buena propuesta. En este caso, pop efectivo con toques de electrónica ochentera. Son de Noruega. Signals y Gone In A Flash se llevan la palma, pero ninguna tiene desperdicio. De haberlos descubierto antes, habrían escalado algunos puestos en el Top.

16. Miranda - Magistral
Siempre tuve la sensación de que Miranda acabaría sacando un disco del que me gustasen muchas canciones, no sólo 1 o 2 singles. Ese disco es Magistral y llegó en el mejor momento, cuando tenía ganas de reír. Destaco Ya Lo Sabía, Ritmo & Decepción y sobre todo Tucán (aún intento averiguar si va, como creo, sobre una polla amarilla) y la pegadiza Puro Talento que cierra el disco de la mejor forma. Hay que saber reírse y relativizarlo todo, y pocos lo hacen como ellos.

15. The Sounds - Something To Die For
Gracias a Scream 4 descubrí esa perfección pop que es Something To Die For, y gracias a Spotify indagué en el grupo y descubrí que tenían varios discos anteriores, pero el que me gusta de verdad es el que han sacado este año. Yo en mi línea de adorar los discos de grupos que añaden sintetizadores a su sonido. Ya la portada avisa de lo que nos encontraremos: pop-rock sueco de factura impecable, contundente a ratos y con colorines aquí y allá.

14. CocknBullKid - Adulthood
Que no os engañe la portada ni la primera escucha: es un discazo. Me lo recomendó mi amigo Agrio y reconozco que después de escucharlo estuve tentado de borrarlo. Me había dejado frío y encima no incluía la excelente I'm Not Sorry, que había escuchado por YouTube. Pero me pasé el disco al mp3 y de vez en cuando me saltaba una canción y pensaba: "¿Qué es este temazo?". Y siempre era CocknBullKid. Un sonido muy peculiar a base de una voz dulce y fuerte, palmadas, percusiones, pianos acelerados, coros y canciones que crecen y crecen. Grower oficial de 2011.

13. Friendly Fires - Pala
La portada más bonita del año acompaña a un disco único. Música de evasión. Sonido interesante, como si a Keane les diera por desmelenarse e irse de carnaval. Entre tambores y sintetizadores, una voz potente y etérea al mismo tiempo. Es tentador pensar que sólo merecen la pena los singles Live Those Days Tonight y Hawaiian Air, pero de repente te descubres adorando locuras como True Love, que te atrapan con su sonido envolvente. Debería estar mucho más arriba en el Top. Gracias a Kadaj por descubrírmelos.

12. Oh Land - Oh Land
Lo de esta danesa es un misterio. Cuando escuché el disco a principios de año, me cautivó. Estaba convencido de que Oh Land daría mucho que hablar, que todas las modernas y todos los maricas se volverían locos con el pop elegante de esta chica. Me equivocaba. El disco es espectacular en cualquier caso: oscuro casi siempre pero con momentos moviditos inesperados, elegante, muy bien producido, con voz angelical que te enamora en los estribillos susurrados de Perfection, Lean o Wolf & I y que también te hace bailar casi sin quererlo en canciones como Sun Of A GunWhite Nights o We Turn It Up.

11. Natalia Kills - Perfectionist
A punto ha estado de colarse en el Top 10 el debut de Natalia Kills. Ella lo da todo para triunfar pero no acaba de conseguirlo, por mucho featuring y muchos vídeos excesivos en plan Lady Gaga que grabe. Lady Gaga es también su inspiración al escribir letras: en casi todos los temas parece que esté intentando emular el famoso "Walk, walk, fashion, baby, work it, move that bitch crazy" de Bad Romance. Lo que parecía una colección de himnos a lo superficial se redime al final con las maravillosas Nothing Lasts ForeverIf I Was God. A este disco, y sobre todo a canciones como Mirrors, he recurrido muchas veces este 2011 cuando necesitaba más determinación y confianza. La chica se da ánimos a sí misma y te lo contagia.

10. Adele - 21
Tenía muchas dudas sobre si incluir a Adele dentro del Top 10, pero también me parecía muy injusto dejarla fuera. Y es que me alegro de que por una vez en el mundo de la música triunfe la calidad, la emoción y el arte. Ya expliqué por qué el vídeo de Someone Like You me parecía el mejor del año. No he escuchado el disco tanto como quisiera por dos motivos: primero porque este 2011 he preferido optar por los pensamientos positivos, y sobre todo porque 21 no está entero en Spotify, que es básicamente donde escucho toda mi música desde hace año y medio. Aún así, Rolling In The Deep y Someone Like You son puro arte y su éxito es merecidísimo, sin olvidarme de otras joyas como Rumour Has It y Set Fire To The Rain. Nadie emociona tanto como la autenticidad de Adele.

9. Noah & The Whale - Last Night On Earth
Desde hace un par de meses, Noah & The Whale me acompañan por las noches cuando escribo. Los descubrí en un episodio de "Cougar Town", pero fue al escuchar entero este disco cuando descubrí la grandeza del grupo. Relajados, optimistas, con ciertos toques folk, lo suyo es hacer introspección pero con la mirada fija en el horizonte que hay por delante. Cambios de vida y personajes en busca de su futuro con la certeza de que todo irá bien. Básicamente han definido mi estado mental este 2011.

8. Pastora - Un Viaje En Noria
El primer disco del año. No es La Vida Moderna, eso está claro, pero las clásicas letras de Pastora (esa mezcla entre cotidiana y críptica) y el enfoque algo más rockero del disco me han venido muy bien. Un Pedazo De Tierra me ha acompañado todo el año y cada vez me cautiva más. Es un disco ideal para caminar de noche por Barcelona, cuando uno vuelve a casa (especialmente Dolços Somnis y Octubre). ¿Y qué haríamos sin un buen Chaleco Salvavidas? Con cada escucha del disco, descubro una nueva canción talismán, descifro una nueva frase mágica, y sonrío. Quizá sean eso los viajes en noria: redescubrir para aprender.

7. Aqua - Megalomania
Mucho se hizo esperar el tercer disco de Aqua. Al final, el resultado -aunque digno- no estaba a la altura de discos pop perfectos como Aquarium y Aquarius. No se trata tanto de que hayan actualizado su sonido como de la pérdida de personalidad. Sí, en algunos casos como Dirty Little Pop Song, Like A Robot o incluso Sucker For A Superstar conservan ese sentido del humor lleno de dobles sentidos sexuales pero en la mayoría de canciones, hablan de discotecas y fiestas banales como en cualquier canción dance del montón, y para hablar de eso hoy en día ya hay gente que lo hace más y mejor. Aún así, no hay nada como caminar por la calle escuchando los mil estribillos de Viva Las Vegas, mientras Playmate To Jesus supo capturar muchas de las cosas que he aprendido este 2011.

6. La Casa Azul - La Polinesia Meridional
Otro disco que se ha hecho de rogar, pero en este caso ha cumplido de largo todas las expectativas. Y no parecía fácil, después de algo tan redondo como La Revolución Sexual. Guille Milkyway vuelve a regalarnos una colección de temazos recién salidos de su baticao de influencias (música disco, J-Pop, eurodance, Eurovisión...). Subidones, palabras que jamás esperarías escuchar en un disco pop, trompetas y sobre todo una retahíla de estribillos certeros que no dan tregua. Cuando crees que tu favorita es ¿Qué Se Siente Al Ser Tan Joven?, entonces irrumpe La Fiesta Universal, y luego levantas los brazos con Sucumbir y sigues flipando con La Vida Tranquila, y así hasta que vuelve a sonar Los Chicos Hoy Saltarán A La Pista y piensas: "Venga, lo escucharé entero una vez más". Dicen que el mundo se acaba, pero con discos así lo haremos bailando sin parar.

5. Florrie - Experiments
Florrie ha sido mi descubrimiento del año. Guapa, con estilazo, cercana, divertida, apañada y ante todo, rebosante de talento. No quiere fichar por ninguna discográfica; ella va grabando música a su ritmo, se financia la gira a base de acuerdos publicitarios con Dolce & Gabbana y mientras tanto va soltando EPs como Experiments, que es simplemente perfecto. 6 temazos, uno tras otro, como si fuera el resumen de algún Greatest Hits. Su concierto fueron los 60 minutos en los que más he bailado en todo 2011. Speed of Light es una locura bailable, Begging Me es igualmente trepidante, I Took A Little Something y What You Doing This For? aportan clase pero es en Experimenting With Rugs donde la inglesa demuestra que va a por todas: letra y producción impecables, frasazas acerca de la independencia encima de una base musical que sería la envidia de New Order. Llega a lanzar un álbum así y no "sólo" un EP y Florrie se alza con el #1 de mi Top.

4. Those Dancing Days - Daydreams & Nightmares
Ya intuía en marzo que este disco acabaría siendo uno de los grandes discos de 2011, y así ha sido. De hecho, junto al EP de Florrie, es el único CD que me he comprado original. Desde ese tremendo inicio con Reaching Forward hasta la mágica One Day Forever, este grupo de cinco amigas suecas consiguen hacernos bailar, cantar, berrear, saltar sobre charquitos de lluvia a lo largo de 11 temas impecables. I'll Be Yours es un eufórico canto a la compañía (la de un amigo, la de una pareja, la de ese alguien especial, la de un buen familiar), Keep Me In Your Pocket y Can't Find Entrance hablan de la ambición, del no conformarse con lo mínimo porque soñar despierto es mejor que tener pesadillas. No me decepcionaron en concierto.

3. The Sound of Arrows - Voyage
Tuvimos que esperar dos años y medio para viajar por los paisajes sonoros de The Sound of Arrows, pero mereció la pena. El suyo es un disco atemporal, no suena a los 80 pero es los 80, es Pet Shop Boys, es Vangelis, es synthpop, es la banda sonora de una película ochentera perdida. Pero ante todo es un disco grabado con mucho mimo, y se nota. Puede que no haya canciones tan redondas como Into The Clouds o Magic, pero hay singles pegadizos como Wonders, hay petardeo elegante con Conquest, tenemos la cautivadora Ruins Of Rome y su mezcla de coros infantiles con percusiones militares, los 8 minutos épicos de There Is Still Hope... En casa, este disco os hará compañía; escuchándolo por la calle, creeréis estar a punto de despegar.

2. El Pescao - Un Viaje Nada-Lógico
Llevaban desde el año pasado recomendándome el proyecto en solitario de David Otero, guitarrista de El Canto Del Loco. Llegó la reedición del disco con 4 temas nuevos y empecé a descubrir en Spotify un temazo tras otro, hasta que de pronto me descubrí adorando hasta los bonus tracks, las maquetas y las versiones acústicas. Todo. Te Pido Perdón, pero Como Me Ves Me Voy y por eso Cada Día salgo Buscando El Sol, necesito ver las cosas de Otro Color, para así dejar atrás cualquier Historia De Terror y viajar hasta un Castillo De Arena desde el cual, al anochecer, ya sin mi Máscara De Pena, contemplaré La Luz Oscura Del Mar y descubriré que La Luna Va Y Viene porque ahora sé que era mentira aquello de que No Soy Nadie, ahora sólo me importan las cosas que me llenan, todo lo demás Me Da Lo Mismo. He conectado a tope con este disco, con su filosofía de "optimismo a pesar de todo", de confiar en uno mismo contra viento y marea, de mejorar y dejar fluir; se me ha contagiado esa forma de pensar, de vivir, e incluso he intentado plasmarla en este blog. Quizá por eso le tengo tanto cariño y a punto de cerrar 2011, son tantos los momentos, personas y escenarios a los que me recuerda la música de El Pescao que sé que no ha sido #1 por muy, muy poco. Gracias por este disco, David. Más, por favor.

1. Andrea Corr - Lifelines
Pero si hay un disco que se merecía estar aquí es el de Andrea Corr. Es curioso que sea precisamente un disco de versiones el que me parezca lo más personal y emotivo que se ha lanzado en todo 2011. La cantante de The Corrs lleva sus 11 canciones favoritas a su terreno, y las canta con tanta pasión, entusiasmo, emoción, se lo pasa tan bien grabándolas, el conjunto es tan coherente que te llegas a creer que es una colección de temas escritos por ella misma, sentada al piano en su casita de la campiña irlandesa. Lifelines es una caja de música que me ha acompañado día a día: de camino al trabajo, trabajando, escribiendo, relajándome en la cama, leyendo, volviendo a casa después de una noche de fiesta, en todos y cada uno de mis viajes. Canción a canción, Andrea Corr me cantaba al oído y me hablaba de mi vida y mis sentimientos. Juntos, hemos aprendido,  reído, llorado, añorado, esperado, soñado, sonreído, confiado en el futuro, cantado, escrito, vivido, sobrevivido. Por eso, gracias también a ti, Andrea, por atreverte a grabar y compartir este proyecto. La música como autobiografía y como refugio, sin duda. Más, por favor.

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In Time

You saved my life. Now. And every moment since I met you.

Siendo "Gattaca" una de mis películas favoritas, os podéis imaginar las ganas que tenía de ver "In Time", película del mismo director y guionista, Andrew Niccol. No está libre de lagunas (y eso en un primer visionado en el que estás más dispuesto a creértelo todo y dejarte engañar) y confieso que habría preferido otro dúo protagonista, pero pronto te olvidas de Justin Timberlake, de los agujeros argumentales, y disfrutas de una emocionante -y constante- carrera contrarreloj.


Somos tiempo. Vendemos nuestro tiempo en el trabajo para poder comprar tiempo de ocio. Invertimos nuestro tiempo en tareas, gentes, actividades, relaciones. Andrew Niccol lleva este concepto al extremo y nos traslada a un mundo en el que no existe dinero porque literalmente la gente paga con tiempo, y si se les acaba quedan desactivados para siempre. Es un mundo de eterna juventud, donde nadie envejece pasados los 25 años (memorable plano en el que tres mujeres: suegra, esposa e hija parecen idénticas).

La buena ciencia ficción es la que habla de nuestro mundo y nuestro momento, y eso hace "In Time". El discurso de la película no podría sonar más actual. Habla de lo mismo que hablan los indignados y el movimiento Occupy Wall Street. La esclavitud  a una mayoría por parte de una minoría privilegiada, la perversión de mantener las desigualdades porque, dicen, es la única forma de que nuestra civilización funcione. Amanda Seyfried y Justin Timberlake, a modo de Bonnie & Clyde o pareja de Robin Hoods modernos, intentarán dinamitar el sistema desde dentro.


Creo que al final el mensaje de "In Time" no es el de montar una revolución. O sí, pero montando esa revolución a nivel personal. Trabajar en algo que nos guste, compartir momentos con gente que nos enriquezca, avanzar por el día a día más relajados (¿qué prisa hay?), aprovechar cada instante, hacer las cosas que nos gustan. Disfrutar de nuestro tiempo. Acordarnos de vivir.

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A Dangerous Method

Sometimes you have to do something unforgivable just to be able to go on living.

Y otra película con la crítica pendiente. En este caso, lo nuevo de David Cronenberg, director al que no sigo todo lo que debería, porque sus películas suelen gustarme más de lo normal (yo lo descubrí con eXistenZ, que era más que interesante). Fui un poco a ciegas, porque creo que la historia no es fácil de contar, y menos en el tráiler que me habían pasado en alguna película anterior. Pasó algo curioso: viéndola no tuve la sensación de que me estaba encantando, pero buena prueba de que me gustó (y mucho) fue que nada más salir del cine corrí a comprarme un libro para ahondar en el pensamiento de Carl Jung.


En la película, Michael Fassbender es Carl Jung y Viggo Mortensen, Sigmund Freud. Lo que empieza como una amistad con tintes paternales (Freud es la estrella y Jung el aprendiz) acaba en ruptura al descubrir ambos que sus métodos, aunque parten de una base similar, no pueden ser más opuestos. Freud sólo quiere descifrar el enigma del paciente, diagnosticarlo y enfrentarlo a un espejo, Jung además quiere ayudarle a tener una vida mejor: la vida que siempre estaba destinado a tener. Sobra decir que me posiciono con Jung.

El personaje de Keira Knightley, la paciente reconvertida en enfermera, es enorme; brilla ya en su primera escena y de hecho sirve de eje central de Un Método Peligroso. Las elipsis y los hechos que se dan por sobreentendidos o que son narrados a modo de vídeoclip mudo mientras una voz en off nos lee las cartas que  se intercambian Freud y Jung, deslucen lo que, con algo más de metraje para ahondar en los personajes, habría sido una gran película.


Filias sexuales y dilemas vitales. Cómo enfrentarse a ellos, cómo afrontarlos. Cómo intentar hacer bien las cosas o, al menos, hacerlas de forma que, al final, sobrevivamos. Destaco las escenas de sexo, son tan frías que golpean el estómago. Muy recomendable.