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Stéphane Hessel - ¡Comprometeos!

Podemos decirnos: "Comprendemos cosas, debemos transformarnos, podemos abordar una nueva fase de la existencia de la especie humana sobre este pequeño planeta que aún puede ofrecernos maravillosos horizontes".

De ¡Indignaos! critiqué su tratamiento superficial. El libro tenía un título con gancho y muy buenas intenciones detrás, pero se quedaba en nada. También noté cierta desconexión con ese público joven, esas nuevas generaciones a las que Hessel quería dirigirse. Pero me alegré del éxito comercial. Cualquier cosa que levante conciencias, bienvenida sea. Ahora quería comprobar si en ¡Comprometeos! el autor repetía los mismos errores pero, para mi sorpresa, los soluciona todos.


El formato funciona: asistimos a un diálogo entre el veterano diplomático Stéphane Hessel y el joven escritor y activista social Gilles Vanderpooten. Ese necesario puente generacional -necesario para transmitir la sabiduría y la experiencia a una generación más joven y con más energías- surge de forma natural entre los dos interlocutores. Hessel consigue conectar así con su público objetivo y Vanderpooten a su vez logra sacar provecho de la voz de un personaje tan excepcional como humilde.

Pero, además, el abanico de problemáticas que se abordan en la conversación es mucho más amplio, más en sintonía con lo que puede preocupar a la juventud europea actual (desafección política, derechos laborales y sociales, los Derechos Humanos, ecología, economía globalizada...). Los temas se tratan en mayor profundidad, Hessel expone perfectamente su punto de vista gracias a lo que ha aprendido de primera mano a lo largo de su vida. Y lo hace de forma clara, concisa, pero en absoluto superficial. A la hora de proponer soluciones (o vías de trabajo), también es mucho más elocuente.

Con todo, la lectura de ¡Comprometeos! resulta tan amena como la del libro anterior, pero sin duda más satisfactoria. Y aunque Hessel está preocupado por el presente, tiene plena confianza en que se pueda trabajar por un futuro mejor. Sigue haciendo gala de un optimismo incondicional del que todos deberíamos aprender.

Resistir supone negarse a dejarse llevar a una situación que cabría aceptar como lamentablemente definitiva.

Creo que vivimos en un mundo de interdependencias en el que los cambios sólo pueden darse todos juntos.

La historia puede producir suerte: es lo que podemos llamar optimismo. (...) Si mi vida constituye para mí la confirmación de que es la suerte la que domina, eso me permite decir que si bien nos enfrentamos a retos cada vez más graves, la posibilidad de superarlos victoriosamente es también cada vez mayor.

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Musashi Miyamoto - Libro de los cinco anillos

El yo de hoy vence al de ayer.

Después de varios textos sobre artes marciales, quedaba pendiente este clásico. De Musashi Miyamoto ya conocía el Dokkôdo, un compendio de 21 frases fascinantes. Reconozco que su  Libro de los cinco anillos no me ha calado tanto, aunque hoy al volver a hojearlo para escribir esta crítica, la sensación era extraña, de "reencuentro".


Y es que al contrario que el Hagakure de Yamamoto Tsunetomo, el texto de Musashi sólo será plenamente útil a quienes pretendan empuñar una espada. El libro reúne lecciones sobre adoptar un buen kamae (posición de apertura en un combate), conocer los tipos de golpes, cómo darlos y enlazarlos, prever los envites del enemigo, mover los pies, elegir la mejor arma, etc.

El estilo de Musashi es escueto y didáctico, menos críptico que el de otros autores y quizá por eso en una primera lectura cuesta encontrar el mismo trasfondo filosófico de otros textos sobre la guerra y las artes marciales. De todos modos, este libro en Japón es un manual de referencia para los hombres de negocios, al igual que El arte de la guerra. El propio Musashi nos advierte al principio del capítulo Libro del agua: "Hay que evitar considerar el contenido de este libro de forma literal. Al contrario, todo lo que se dice en él hay que tratar de adaptarlo a nuestro propio cuerpo".


Los samurais entendían el combate como actitud vital absoluta, y quizá gracias a eso en sus textos siempre se descubren frases inspiradoras; Libro de los cinco anillos no es ninguna excepción. Os dejo mis favoritas:

El espíritu que vence a un solo enemigo es el mismo que vence a mil o a diez mil.

Cuando uno no avanza por el camino verdadero, las pequeñas desviaciones del comienzo se convierten más tarde en grandes desviaciones.

La mano que se aferra mucho es una mano muerta. La mano que no se aferra es una mano que vive.

Incluso un camino de mil "ri" se ha de caminar paso a paso.

Lo importante en la táctica es ser consciente del sable del adversario, pero no mirar en absoluto ese sable adverso.

Ten la firme voluntad de atravesar la corriente en los momentos de crisis.

La acción de un experto parece lenta, pero nunca se aparta del ritmo. 

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Raymond Carver - Si me necesitas, llámame

Era mediados de agosto y Myers estaba cambiando de vida.

Me regalaron este libro en Abril (Sant Jordi), pero tras varios intentos fallidos mi consejero oficial de películas no pudo dármelo en mano hasta principios de este mes, y no he podido leerlo hasta ahora. Al abrirlo, me dió igual el retraso. La primera línea rezaba: "Era mediados de agosto y Myers estaba cambiando de vida", así que supe que el libro había esperado pacientemente para que lo leyera justo ahora, a mediados de agosto, cambiando de vida. Siempre lo digo: si estás receptivo y en sintonía, las cosas te llegan en el momento oportuno.


Raymond Carver forma parte de la corriente llamada "realismo sucio". Es decir: frases cortas, estilo crudo, descripciones breves y apáticas, relatos de perdedores sin muchas esperanzas. Éste es mi primer libro del autor, y no me ha defraudado. Si me necesitas, llámame consta de cinco relatos publicados póstumamente (su última mujer los encontró y los corrigió junto al editor antes de sacarlos a la luz), fieles a ese estilo desapasionado pero intenso y sincero que me esperaba encontrar.

La sorpresa ha sido que los cinco relatos, aunque explican historias tristes, tienen un punto luminoso, casi esperanzador. En todos aparecen personas intentando cambiar de vida: aferrándose a un pasado que no les sirve porque el futuro todavía les asusta demasiado. Pero todos encuentran una forma de conectar con el presente y (quizá, sólo quizá) disfrutarlo: cortando leña, observando cómo arde la casa de la vecina, compartiendo una agradable velada con sus caseros, sincerándose con su pareja, aceptando que sólo los nuevos amantes existen ahora.


No sé si era el mejor libro para empezar a conocer a Raymond Carver. Puede que sí. Lo cierto es que ya me he informado del resto de obras suyas publicadas en España para irlas pidiendo y degustando. Me he quedado con ganas de más relatos con ese sabor a arena del desierto americano.

A veces las cosas salen bien. Dan resultado.

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Carlos María Domínguez - La casa de papel

Las personas también cambian el destino de los libros.

Hay libros que llegan a ti como atraídos por un imán. Como si pusiera "Léeme" en la portada. La casa de papel es uno de ellos. Cuando un amigo lo cogió de una estantería de la librería Antonio Machado y me lo enseñó, supe que tenía que comprarlo. Y lo hice. No es casualidad que la novela trate, precisamente, de un libro que le llega misteriosamente al protagonista, y le llama tanto la atención que siente que debe investigar su procedencia.


Más allá del argumento, casi policíaco, lo mejor de La casa de papel son sus reflexiones sobre los libros, sobre el propio acto de leer. Los libros unen a las personas y también las separan. Cada persona tiene sus hábitos para encadenar lecturas y recomendaciones, su manías para ordenar la siempre creciente biblioteca. A veces nuestro método para intuir que un libro es bueno puede parecerle absurdo a otras personas: ¿es mejor leer el primer párrafo o guiarse por los "corredores", esas líneas que aparecen entre las palabras de una página y marcan el ritmo del libro?

¿Por qué nos gusta regalarlos o, incluso, dedicarlos? ¿Por qué hay libros que marcan tanto? Es curioso que cuando visitamos la casa de alguien, una de las primeras cosas que hacemos es cotillear sus estanterías: comprobar qué libros tiene, pero también cuáles le faltan, coger ideas de futuras adquisiciones, sugerirle nuestros favoritos, sorprendernos con ciertas ediciones. Algo tendrán los libros que hacen tanta compañía y nos definen no sólo como lectores, también como personas.


Los libros pueden ser una puerta a otros mundos pero también una peligrosa prisión. Carlos María Domínguez explora en apenas 100 deliciosas páginas estos y muchos otros aspectos de la literatura y la lectura. Ahí reside el encanto de La casa de papel y por ello es tan recomendable a cualquier amante de los libros.

Siguen siendo mis amigos. Me dan abrigo. Sombra en el verano. Me protegen de los vientos.  Los libros son mi casa.

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Craig Silvey - Jasper Jones

Si las balas no te pueden hacer daño, ¿qué tiene de valiente ponerse delante?

Aún tenía pendiente de leer el último de mis autorregalos de Sant Jordi. Otro de esos libros comprados casi por instinto, tras leer una buena crítica y sentir la atracción de su portada. Me ha costado terminarlo, casi un mes entero, y eso que tampoco es tan largo (no llega a las 400 páginas). No sé si será su ritmo pausado o una traducción extraña (¿sabéis esa sensación cuando las palabras no encajan y te cuesta creer que sea culpa del escritor?), pero algo de este libro no me ha terminado de atrapar. Una lástima, porque la historia que cuenta es muy buena y cuando por fin conecté con sus personajes, devoré la última mitad en apenas dos días, después de tantas semanas alargando la lectura.


La frase publicitaria en la portada (cuánto daño han hecho y qué poco me gusta que vaya imponiéndose esta costumbre norteamericana) habla de "novela de aventuras" y del "poder de la amistad". Lo primero no es del todo exacto: el protagonista (Charles Bucktin) apenas vive aventuras porque lo principal aquí es asistir a la evolución, las reflexiones y el desarrollo de este crío después de descubrir ciertos hechos; todo lo importante del libro ocurre a nivel interno, mental. Y en cuanto a lo segundo... hay amigos, claro, pero no considero que la novela gire alrededor de esas amistades.

Jasper Jones habla sobre todo de la carga de saber. De ese momento en que las verdades del mundo te golpean con toda su crudeza y te obligan a salir de la burbuja en que tus padres y tus profesores te habían intentado aislar. Entonces pasas de una sempiterna sonrisa infantil a un suspiro acompañado de "La vida no es justa". Y desearías con todas tus fuerzas no saber, dejar de saber, reconstruir la burbuja. Pero es no es posible, descubres que no hay marcha atrás y, poco a poco, aprendes a convivir con esta nueva visión del mundo, buscas en ese mundo de repente anómalo una forma de hacer lo correcto, un camino hacia la felicidad. La pérdida de la inocencia duele, pero es inevitable; es el primer paso en la dirección correcta.


Craig Silvey levanta la alfombra para mostrarnos qué se oculta debajo de la aparente tranquilidad de un pequeño pueblo de Australia. El odio, las rencillas, los engaños, los terribles secretos familiares, la incomunicación, el racismo también. Un cóctel explosivo que nunca a llega a ser la novela redonda que pretende ser. Quizá la sombra de Huckleberry Finn sea demasiado alargada y por querer forzar ese paralelismo el libro se adentra en terrenos espinosos (empezando por el propio título, que no hace justicia al profundo contenido de sus páginas). En cualquier caso, merece la pena acompañar a Charles Bucktin en su aprendizaje vital. Lo que descubre le marca a él mientras a nosotros nos recuerda todo aquello que alguna vez nos marcó.

La vida puede ser más sencilla si uno cede un poco, pero es mejor si se aferra a algo con la suficiente fuerza para que no se le escape.

Cuando ves la perfección ante ti, no puedes evitar darte cuenta.

No saber cómo van a salir las cosas no es razón para no hacer algo.

Quizá no se trata de no tener miedo. Quizá se trata de lo bien que uno sepa sobrellevar ese peso. (...) Dar con una forma honesta de actuar, ése es el truco.

Retener algo no significa hacerlo tuyo. En un momento dado, te das cuenta de que en realidad lo estás reteniendo para ti mismo, pues está intentando soltarse con la misma fuerza.

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Ogai Mori - La bailarina

Al mirarme, leí en sus ojos una irresistible petición de ayuda. ¿Era ella consciente del efecto que sus ojos tenían en mí? ¿No había ninguna intención oculta en ellos?

Después de una pequeña joya como El ganso salvaje (libro con el que además inauguré la nueva etapa de este blog), tenía ganas de leer algo más de Ogai Mori. Nos llega de la mano de la editorial Impedimenta, que después del éxito de los libros de Natsume Sôseki, últimamente está apostando por publicar autores japoneses menos conocidos. Sus ediciones dan gusto: portadas bellísimas con un tacto muy peculiar.


La bailarina es la historia de una traición. Una traición a la persona amada pero, sobre todo, una traición a uno mismo. La narración funciona gracias a la prosa de Ogai Mori, al mismo tiempo delicada e implacable: como la marea, te va arrastrando sutilmente hasta el inevitable desenlace. ¿Qué ocurre cuando te dejas llevar por las circunstancias, cuando te excusas en los demás pero la única realidad es que tú mismo no intentas cambiar las cosas? Es el peligro de depositar tu libertad en factores externos (nuevo país, nuevo trabajo, nuevo amor): las cosas cambian, vienen y se van. Y sólo quedas tú como responsable, víctima y verdugo.

Por eso, hay que evolucionar siempre a partir de uno mismo, cultivar cambios internos, lograr ser autosuficiente para mantener siempre esa iniciativa y esa libertad bajo cualquier circunstancia. El protagonista del libro lo descubre demasiado tarde. Es curioso, pero en las dos novelas de Ogai Mori que se han publicado en España parece que se repite ese patrón de personajes que abren los ojos demasiado tarde. ¿Tendrán algo de autobiográfico? ¿Nos estará instando el autor a aprovechar el momento? Actuar cuando aún estamos a tiempo.

Cuando llegué por primera vez a Alemania, pensé que había descubierto mi verdadera naturaleza y me juré no dejarme utilizar nunca más como si fuera una simple marioneta. Quizás fuese sólo el orgullo de un pájaro al que han dejado en libertad el tiempo suficiente para que pueda batir sus alas un par de veces mientras sigue atado por las patas.

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Super 8

Bad things happen. But you can still live.

Super 8 es un homenaje al cine de los 80, cuando las películas palomiteras se entendían de otra forma. Eran películas más artesanas, más humanas; también eran espectaculares, sí, pero no se perdían en los efectos especiales. Tampoco temían gastar la primera mitad de la película en presentarte bien a los personajes, su día a día, sus conflictos, su personalidad, sus relaciones. El tono de esas películas tan llenas de matices lograba mantener el equilibrio entre la emoción cursi, la ingenuidad, la crudeza y el humor; eran familiares cuando tenían que serlo pero sin renunciar a los puñetazos psicológicos en el estómago. Entre aventura y aventura, mostraban la fealdad del mundo si era necesario.


Es algo que se echa de menos en el cine actual: las películas de ahora son excesivamente planas y rara vez te permiten encariñarte de los personajes. Antes, además de entretener y recaudar, también importaba explicar una buena historia (muy a menudo con moralina incluída, es cierto). Los que crecimos en aquella época recordamos con nostalgia títulos como E.T., Los Goonies, las trilogías de Indiana Jones y Regreso al Futuro, Gremlins, Cortocircuito... y, ya en los 90, Parque Jurásico, que sirvió de despedida por todo lo alto a una forma de entender el género de aventuras.

Y Super 8 no engaña. Más que ofrecer algo nuevo, pretende deleitarnos con una película ochentera en esencia, una historia de amistad y perdón, de dejar ir para poder avanzar. Ya el póster es toda una declaración de intenciones, con los retratos de los personajes dibujados. También el plantel de actores está muy bien elegido y si no fuera por Elle Fanning, que es más conocidilla, casi podría jurar que han secuestrado a un auténtico grupo de amigos de finales de los 70 para encarnar a estos niños que juegan a hacer cine y se dan de bruces con la realidad. Puedes palpar la amistad de estos críos; como la de los Goonies, es férrea incluso en los momentos más tensos, ni siquiera en una zona de guerra pierden el buen humor.


La película sólo trastabilla cuando hace concesiones a los clichés de hoy en día. El monstruo es un monstruo de esta generación y ni su aspecto ni su actitud encajan en la historia que nos están contando. Los militares también son dignos de las americanadas actuales (cargándose ellos solos una escena que apuntaba maneras, con tintes de aquella otra dentro del coche de Parque Jurásico). Detalles que, sin embargo, no empañan un resultado redondo. Cada minuto, cada plano está impregnado de nostalgia y encanto, la música (Michael Giacchino homenajeando al mejor John Williams) te pone en situación, los niños viajan en bicicleta y en cualquier momento esperas que echen a volar.

En fin: no lo dudéis, si echáis de menos el cine ochentero, hay que ver Super 8. Cuando los blockbusters también eran buenas películas.

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My Sanctuary

Mística, petarda, trascendente, banal. Madonna puede ser todo eso y mucho más. Para mí, si algo la diferencia de otras cantantes es su habilidad para traer a la música pop temas más profundos. Algo más allá de las pistas de baile y los amores (temáticas que también me encantan, por supuesto, pero no todo el monte es orégano). Y no hablo de canciones sobre cambiar el mundo, sino de canciones sobre cambiar uno mismo. Hacer examen de conciencia, compartir lecciones aprendidas, hablar de espiritualidad mientras te hace bailar. No por nada se llama Madonna, supongo.


Otra cosa es que te la creas: eso ya queda a gusto del consumidor, y no negaré que a veces ella misma nos lo pone muy difícil esto de tomarla en serio con sus constantes contradicciones y su doble rasero. Pero aunque la propia Madonna no se aplique el cuento, hay discos enteros suyos como Ray Of Light y numerosas canciones sueltas que no sólo me han hecho compañía en muchos momentos de mi vida, también han sido una especie de refugio. Todos necesitamos uno. En sus letras he encontrado a menudo los mensajes que necesitaba leer, frases sabias que tatuarme en el cerebro.

Por eso, hoy comparto esta lista de 33 temas de Madonna: esos que considero mis santuarios, los más introspectivos, personales, intimistas, incluso místicos. Algunos, cuando suenan en mi reproductor, suelen ser una señal. Por cierto, el número de canciones no es casual. (Y sí: he incluído Erotica.)



Live To Tell
Like A Prayer
Justify My Love
Erotica
Rain
Why's It So Hard
Secret Garden
Secret
Love Tried To Welcome Me
Sanctuary
Bedtime Story
I Want You
I'll Remember
This Used To Be My Playground
Drowned World / Substitute For Love
Swim
Ray Of Light
Nothing Really Matters
Sky Fits Heaven
Shanti / Ashtangi
Little Star
Mer Girl
Paradise - Not For Me
Gone
Intervention
X-Static Process
Mother And Father
Die Another Day
Easy Ride
Future Lovers
Isaac
Like It Or Not
Hey You


Who needs the sun, when the rain's so full of life
Who needs the sky, when the ground's open wide
It's here in your arms I want to be buried
You are my sanctuary.

Surely whoever speaks to me in the right voice
Him or her I shall follow
As the water follows the moon, silently.

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Bridesmaids / La boda de mi mejor amiga

This didn't happen because of Helen. This happened because you didn't get your daylights fixed. It's pretty simple.

Que no os engañe el póster ni ese título en castellano. Bridesmaids es una comedia romántica, sí, pero también es una película muy gamberra, tiene mala leche, da la vuelta a los clichés del género, sorprende y emociona a partes iguales. No se conforma con ser un "Resacón en Las Vegas" de chicas. Y es que además de hacerte reír a carcajadas, tiene mensaje (que no moralina).


Lo que debería ser la típica comedia sobre los caóticos preparativos de una boda acaba siendo el descenso a los infiernos de la protagonista, Annie. Una espiral de autodestrucción en la que descubrirá que no tiene sentido proyectar sus frustraciones en los demás y ver enemigos donde no los hay, porque la solución a sus problemas reside en ella misma. Aquí debo decir que el final me sabe a poco y hay cierto tema decisivo de la vida laboral de Annie que dejan abierto y que deberían haber resuelto(¿recorte de última hora en la sala de montaje? ...esperaremos al DVD).

Hay momentos de humor zafio y chistes bastante brutos que jamás esperarías ver en una "película de chicas" pero nunca se pierde el estilo. Se nota que parte de los responsables de Saturday Night Live están detrás: no pretenden sólo enlazar un chiste tras otro, también hay escenas delirantes, concebidas casi como gags independientes. Por cierto, a destacar los papeles secundarios de buenos cómicos británicos (Matt Lucas de Little Britain y Chris O'Dowd de IT Crowd), que suben aún más el listón del plantel.

Si por algo conquista Bridesmaids es por sus personajes: muy bien definidos, muy humanos. Empatizas con todos: desde esa novia tan entrañable hasta la "mala" (que nunca ves tan mala, porque no lo es). El más trabajado es, por supuesto, la protagonista. Con sus contradicciones, su vulnerabilidad, su ternura. Acompañándola en su viaje de autosuperación, no sólo ríes y sufres, también te das cuenta de que ya va siendo hora de ir al taller a arreglar esos faros rotos.


Agradezco a todos aquellos que me animaron a verla, dejando a un lado los prejuicios que despierta la campaña de márketing. Sin duda, una de las grandes comedias del año. Es divertida, inteligente, emocionante e invita a la reflexión. No se puede pedir más.

You are your problem. But you are also your solution.

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You're forgiven, not forgotten

Los peligros del olvido y el dolor del recuerdo. Hablando con varios amigos acerca de Eternal Sunshine Of The Spotless Mind ("Olvídate De Mí", película que vi el otro día por primera vez y a la que no dedicaré una entrada en el blog porque sinceramente me pareció pretenciosa y bastante sobrevalorada), me asustó descubrir que todos apostaban por el olvido como solución para dejar atrás al pasado. Que si pudieran, borrarían lo doloroso de su mente, como hacen los protagonistas de la película.


Y así entendí porqué la humanidad está siempre condenada a repetir sus errores. Preferimos el olvido porque es más fácil, más cómodo. De un plumazo borramos las personas que nos hicieron daño, borramos nuestras equivocaciones, borramos todo lo que no nos gusta. Y olvidando, dejamos de aprender. Sólo es posible evolucionar recordando lo que se hizo mal, el daño que permitimos que nos inflingieran. Volveremos a ver guerras y campos de concentración porque la gente prefiere olvidar a dónde lleva el odio, las huidas hacia adelante y las soluciones finales. Y día a día la gente vuelve a caer en las mismas piedras, se enamora repitiendo los mismos patrones nocivos, porque olvidan lo que un día se prometieron no volver a soportar.

Tampoco se trata de recordar a todas horas, ni de fustigarse con los recuerdos. Nunca hay que llegar al masoquismo. Se trata de tener esos recuerdos almacenados en cajas, medio ocultos en un diminuto rincón de la memoria para así consultarlos sólo cuando sea necesario. En los momentos de flaqueza, podremos recurrir a la biblioteca de nuestra memoria y extraer esas postales del pasado que tan preciosas parecen pero que en la parte trasera tienen escrito un enorme "NO".

Lidiar con el recuerdo es difícil, claro. Al principio parece incluso imposible. Al principio todo lo que huela a pasado duele. Pero analizando, extrayendo conclusiones, asumiendo lecciones, adquiriendo perspectiva, logras salir adelante. Reforzado, sabio. Sabiendo lo que no quieres (especialmente lo que no quieres repetir jamás), resulta mucho más sencillo encontrar nuevas y mejores rutas. No es un proceso simple, ni rápido. Pero sí mucho más fructífero.


Además, el olvido va ligado siempre al rencor; yo prefiero perdonar, dejar ir. Sinceramente, espero que nunca exista una empresa a la que se le pueda pagar por olvidar. Y también confío en que la gente entienda el verdadero mensaje de Olvídate De Mí. Recordar, aprender, mejorar.

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State of independence

Hacía tiempo que no colgaba una lista de reproducción. La lista de hoy, titulada State of Independence, es una adaptación de otra que le hice a un buen amigo para darle la bienvenida a su nuevo primer verano. Él acababa de pasar cierto bache personal y opté por regalarle mis 13 canciones fetiche sobre nuevos comienzos. Para el blog, he ampliado la lista a 40 canciones que hablan de eso: de volver a comenzar, de abrir los ojos, de cambiar de escala de valores, de abrazar nuevas perspectivas, de redescubrir que eres capaz de sonreír, de autosuperarse, de avanzar otra casilla, de ser independiente y disfrutar de uno mismo.

El orden de las canciones no es aleatorio: he intentado describir el camino que atraviesa uno cuando emprende la búsqueda de esa independencia del título. Los pensamientos, las aventuras, los ánimos, las dudas, los aprendizajes, las sorpresas, los titubeos y los pasos hacia adelante. Espero que estas canciones os hagan compañía. No cedáis nunca, no traicionéis vuestras creencias, no os arrastréis, no bajéis el listón, no creáis todo aquello que en el fondo sabéis muy bien que es mentira. Aprended a ser felices incluso en soledad. Al alcanzar ese "estado de independencia", las piezas volverán a encajar.



Madonna - Drowned World / Substitute For Love
Brandon Flowers - Only The Young
Sharon Corr - Everybody's Got To Learn Sometime
Empire Of The Sun - Standing On The Shore
Fischerspooner - A Kick In The Teeth
Florrie - Experimenting With Rugs
Medina - You And I
Those Dancing Days - Reaching Forward
La Casa Azul - La Nueva Yma Sumac
El Pescao - Otro Color
Café Tacvba - Volver A Comenzar
Ana Torroja - Sonrisa
Belanova - Mariposas
Glee Cast - Defying Gravity
Julie Andrews - I Have Confidence
David Bowie - A New Career In A New Town
Roxette - She's Got Nothing On (But The Radio)
Pet Shop Boys - Positive Role Model
Queen - Don't Stop Me Now
Mama Cass - Make Your Own Kind Of Music
Saint Etienne - This Is Tomorrow
Natalie Imbruglia - Wild About It
Coldplay - Viva La Vida
Pastora - Un Pedazo De Tierra
Jon & Vangelis - State Of Independence
The Verve - Bitter Sweet Symphony
Röyksopp - Triumphant
The Avalanches - Since I Left You
Safri Duo - Rise
Kelis - Emancipate
Dusty Springfield - Occupy Your Mind
Jessica 6 - U Motion
Fangoria - La diferencia entre la fe y la ciencia
Scissor Sisters - Invisible Light
Lady Gaga - The Edge Of Glory
Dido - Everything To Lose
Julie Delpy - Time To Wake Up
The Corrs - Borrowed Heaven
Céline Dion - A New Day Has Come (Radio Remix)
Elton John - Song For Guy


Now I find I've changed my mind, this is my religion.
And the sun will shine again. Are you looking for a sign?
Change your heart, look around you. Change your heart, it will astound you.
Descubro tantas cosas que no vi por no quererme.
No tengo miedo de explotar, no importa lo que pueda pasar.
Have you ever imagined a new you?
This state of independence shall be.
Sé que se reirán las hienas pero soy feliz.
I'd love to be alive but I was not afraid to die.
It's time to wake up, it's time to stand up, it's time to step outside.
Life isn't everything.

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Yayoi Kusama

En mi vida cada día hay una novedad y seguiré produciendo para buscar el amor y la paz y los presentaré al mundo. Ese es el placer de mi vida.

En mi último viaje a Madrid, tuve la suerte de visitar la retrospectiva que el Museo Reina Sofía ha dedicado a Yayoi Kusama, un imprescindible recorrido por los trabajos camaleónicos de esta artista japonesa. Colores, puntos, formas fálicas, repeticiones, espejos, mundos infinitos... La suya es una obra optimista y angustiosa a la vez. Una niña luchando en un mundo que le exige ser adulta, una mujer enfrentándose a todos sus miedos y obsesiones, sobreviviendo únicamente a través del arte.


Se diría que busca la libertad a través de la exploración indiscriminada con múltiples estilos y técnicas. Cuando ya ha agotado todas las posibilidades, rompe con ello y sigue huyendo hacia adelante. A menudo dicen que su arte parece extraterrestre, y algo de eso hay. Las gigantescas bolas rojas con topos blancos que abren la exposición no sabes si han salido de algún manga o de otro planeta pero, en cualquier caso, te dan la mejor bienvenida posible al mundo de Yayoi Kusama. Te teletransportan al amplio rincón creativo de su mente. "Juega conmigo", parecen decir. Y recorriendo los pasillos del Reina Sofía, juegas.

Diagnosticada de cenestopatía (una enfermedad mental), en la actualidad la artista vive voluntariamente en un hospital de Tokyo situado a poca distancia del estudio donde sigue creando. Hasta el 12 de Septiembre, tenéis tiempo de visitar el Reina Sofía y alucinar con sus pinturas, ilustraciones, collages, esculturas, fotografías, instalaciones, proyecciones... Os dejo con una pequeña muestra de lo que podéis encontrar en la exposición.











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Look at a book, pick up the phone, fix some food

¿Leemos igual que amamos? Por muy chocante que pueda parecer, sí. Bromeando con unos amigos el otro día, uno de ellos empezó a metaforizar: igual que hay gente que prefiere acudir regularmente a la biblioteca y en cambio otros compran sus propios libros, hay gente más o menos posesiva con las personas. El tema quedó como un comentario gracioso, no pasó de ahí. Pero llevo desde entonces dándole vueltas y me he dado cuenta de que mi amigo había dado en el clavo. La forma en que tratamos nuestros libros, se refleja implacablemente en cómo tratamos a las personas que nos gustan.


Quien hojea los libros y salta de uno a otro sin acabar ninguno, jamás profundizará tanto en las personas como quien lee cada libro a fondo, degustando cada frase y anotando las mejores, informándose del autor, del contexto, del trasfondo de la historia. Hay quien se ciñe a un único género: al terror porque busca emociones fuertes, a la novela romántica para soñar con aquello que podrían tener y no se atreven a tocar. Hay quienes aseguran leer "de todo": es decir, en realidad no leen nada o lo hacen sin criterio porque todavía no han encontrado ese libro especial que les descubra lo que realmente persiguen, ese hueco que siempre han buscado llenar sin saberlo.

Unos compran los libros atraídos por la publicidad, las portadas chillonas y los eslógans grandilocuentes ("1.000.000 de ejemplares vendidos en Francia"). Otros hacen caso de las recomendaciones y las críticas, o bien leen atentamente la sinopsis, consultan el índice y varios capítulos. También hay algunos que se dejan guiar por la intuición, la poderosa atracción de una primera línea brillante. Y cómo olvidarse de la gente que no compra libros jamás pero sí permite que otras personas se los regalen en ocasiones señaladas: Navidad, el cumpleaños, Sant Jordi; los verás al día siguiente exhibiendo el libro en el metro. No deja de ser curioso cómo mientras hay gente capaz de leer en cualquier lado, otros tienen su rincón favorito: la cama, el sofá, aquella cafetería.

En la lectura, como en todo, hay elitistas: desprecian todo lo que no sea lo mejor, y hasta entonces dejarán escapar decenas de oportunidades de leer libros entretenidos en los que encontrar, inesperadamente, frases que les harían sonreír. Unos tratan a sus libros con tal exceso de mimo que cuando terminan de leerlos, las cubiertas parecen demasiado limpias, los lomos demasiado nuevos; otros en cambio, no dudan en manosear y dar de sí sus libros mientras los leen: los abren de par en par, doblan las esquinas de las páginas que quieren recordar, no se preocupan por los rasguños que aparezcan en las cubiertas, marcan terreno. Hay quien no lee por ignorancia, por falta de tiempo o por miedo y también hay quien lee compulsivamente, sin medida, para saciar una sed tan intensa que ni el mejor de los libros podría calmar. Algunos son capaces de alternar la lectura de varios libros a la vez mientras otros prefieren concentrarse en leer sólo uno para no perderse con tanto personaje.


Cada cual tiene su método para enfrentarse a la lectura. Todos están bien, porque afortunadamente hay más libros que personas (sólo en España, se editan unos 65.000 libros al año). Por eso, da igual cómo lo hagas. A fuerza de leer, acabarás dando con libros buenos. De esos con los que aprendes, de esos que además de una portada bonita y un título atractivo atesoran también muchas frases que subrayar.

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50 First Dates / 50 primeras citas

¿Me das un último primer beso?

Puede que "comedia romántica protagonizada por Adam Sandler y Drew Barrymore" no sea la mejor carta de presentación, pero decidí fiarme del criterio de mi consejero oficial de cine, que tan buenas películas me ha recomendado, y nos animamos a verla. Drew Barrymore interpreta a una chica con pérdida de la memoria a corto plazo: ella cree estar viviendo siempre el mismo día de hace un año, justo antes de su accidente de coche. Todo lo que ha vivido desde entonces, lo olvida en cuanto despierta al día siguiente. Tras conocerla y vivir una cita perfecta con ella, Adam Sandler intentará conquistarla.


Así pues, podría decirse que 50 primeras citas riza el rizo del planteamiento de Atrapado en el tiempo: un protagonista atrapado en días que se repiten una y otra vez, mejora su conducta con el método de prueba y error, hasta romper por fin el bucle. No son pocas las obras que parten de este esquema (ejemplos más o menos recientes: un capítulo de "Supernatural" y la película "Código Fuente"), pero no por ello pierde encanto.

¿Cómo conquistar a alguien que se olvida de ti después de cada cita? La base de cualquier tipo de relación es la acumulación de recuerdos conjuntos. Sin esos recuerdos, es imposible construir un vínculo, un cariño. Cada cita y cada beso serán los primeros, y por muy romántico que eso suene, por desgracia también serán los últimos. La resolución al problema es original; afortunadamente, no está cogida con pinzas ni tampoco recurre al previsible "se da otro golpe en la cabeza y todo solucionado".

Me gustó que la mejor cita sea la primera, cuando Adam Sandler es él mismo, no fuerza la situación sino que habla y actúa naturalmente, improvisa, deja fluir. A menudo, metemos la pata al sobreanalizar las situaciones, al intentar reproducir cuidadosamente todo lo aprendido. Mejorar uno mismo está muy bien, pero nunca hay que perder ese punto de espontaneidad, de frescura. Hay que lanzarse más.


Cuando estás receptivo, incluso de películas en apariencia tontas como ésta puedes no sólo disfrutar, también aprender. Recomendable para acompañar esas tardes de verano, tirados en el sofá tomando un buen té helado.

Wouldn't it be nice if we could wake up
In the morning when the day is new
And after having spent the day together
Hold each other close the whole night through

Happy times together we've been spending
I wish that every kiss was neverending
Wouldn't it be nice

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Bashô - De camino a Oku y otros diarios de viaje

bajo el mismo techo
las prostitutas y nosotros
tréboles y luna

"Hacerse uno con la Naturaleza" era lo que pretendía Bashô y por eso se pasó la mayor parte de sus 50 años de vida recorriendo Japón a pie, explorando sus rincones y disfrutando de placeres sencillos: un anochecer, un templo en ruinas, los susurros del viento, un trozo de pan. No era un monje zen, aunque podría decirse que vestía e incluso pensaba como tal.


En sus diarios, Bashô fue anotando las sensaciones e impresiones de sus viajes. El diario más conocido es "De camino a Oku" (también conocido como "Senda hacia tierras hondas"), pero en esta edición de la editorial DVD se incluyen un total de 5 diarios y otros textos complementarios. A través de sus descripciones, Bashô consigue transportarnos a aquel Japón salvaje, agreste, que hoy atraviesan las carreteras y autopistas.

Perdiéndonos junto al autor por esos bellos parajes solitarios, deambulando con él bajo la inclemencias del tiempo en dirección a un pueblo remoto (donde aseguran que se puede contemplar la luna más bella), podremos saborear durante doscientas páginas de una vida distinta, alejada de lo material, y de paso aprender a relativizar la importancia de las cosas, abrir los brazos a las sorpresas que esperan en cada recodo del camino.

Literatura y vida (¿no son lo mismo?) en estado puro.


Lo que ese espíritu ve es siempre una flor, lo que ese espíritu sueña es siempre la luna. Sólo un bárbaro no vería una flor en todo, sólo un animal no soñaría siempre con la luna. La primera tarea para un aspirante a artista, por lo tanto, es superar ese estado de barbarie y de animalidad y hacerse uno con la Naturaleza.

de haber cruzado
el paso del bastón con un bastón
no me hubiera caído del caballo

Me fijé en un cerezo de apenas tres pies de alto cuyos capullos estaban a medio abrir. Enterrado bajo la nieve del invierno, este cerezo que comenzaba a florecer tan tarde no se había olvidado de la primavera.