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Nobody said it was easy

Con sus mil caminos, el laberinto te atrapa haciéndote creer que solo tú lo cruzarás. Una posibilidad entre mil que se traduce en dar vueltas y vueltas. Perdido, recuerdas aquel truco. Si siempre eligieras el camino de la derecha, acabarías por encontrar el camino correcto. Eso dijeron, al menos, personas con todo el tiempo del mundo por delante. Tú no tienes ese lujo. Intentas desdoblarte en cada bifurcación, llamas a todas las puertas.


Nunca entendiste la solución al enigma de las puertas parlanchinas en la película Dentro del Laberinto. Si una siempre dice la verdad y otra siempre miente, estás perdido. ¿A quién creer? Has confiado en la gente tantas veces y otras tantas te han mentido... Quizá las relaciones entre personas se basen en eso, en la confianza ciega. No queda más remedio. Te juegas el todo por el todo.

Sientes tanta hambre de mar que buscarás unas rocas para usarlas como trampolín. Sin saber si el agua tiene la temperatura idónea o si llegaste a la playa correcta. Confiarás que al salir no sientas el frío sino el placer. Entonces te secarás, contemplarás el paisaje alcanzado. Mil caminos pero solo uno te llevó hasta aquí.

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3 comentarios:

Olga Ramos Viñals dijo...

Qué cierto todo!
:)

Kesar dijo...

No queda otra que jugársela confiando, deseando que... Aunque el deseo es una pregunta cuya respuesta nadie sabe. Hay que jugar y, como dice una canción, hay que jugar y cuando se pierde hay que disfrazarse de cheques sin fondos.

Por cierto, al comentar la película DENTRO DEL LABERINTO me han venido ganas de verla de nuevo así que eso haré, je, je...

Un saludo.

Alex Pler dijo...

Hola Olga, ¡gracias por pasarte!

Me ha gustado eso de disfrazarse de cheques sin fondos (Pastora, ¿verdad?). Habrá que hacerles caso jejeje. ¡Un abrazo! Que disfrutes el revisionado ;)

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