Javier Montes : Segunda parte (2)
Conviene releer. Volver de vez en cuando a un libro y permitirle al autor que te coja de la mano en ese segundo viaje. Con la relectura, llega la sorpresa. Nuevos detalles en las páginas, cabos de repente atados. Y sobre todo, el descubrimiento de cuánto has avanzado desde la primera vez. El disfraz de la ingenuidad de quien ahora sabe más.
Eso me ha ocurrido con Segunda parte. Lo leí hace más de dos años; entonces, estaba a punto de irme de una casa sin haber encontrado otro puerto todavía y esta historia me gustó pero también me supo a poco. No encontré las respuestas que buscaba. Porque el libro no va de nuevas oportunidades ni de nuevos principios, sino del purgatorio que les precede.
Javier Montes escribe muy bien. Ya lo supe en 2011, y he vuelto a confirmarlo ahora. Deslumbra la naturalidad de sus frases, tan bien construidas que no parecen construidas. Cómo repite las palabras sin que te des cuenta de que las repite, cómo consigue que entiendas lo que solo ha sugerido, de cada gesto extrae una forma de vida.
Opciones, disyuntivas, decisiones. Javier Montes las analiza con maestría. Ahora he entendido el juego de personajes, lo justificada que está cada escena. Madrid en el cénit del verano le sirve para avisarte de lo que podría llegar a ocurrir si te enredas en la maraña de la melancolía. Las respuestas ya las sabías, por eso no las viste. Solo lo entiendes después, cuando ya has sobrevivido, y desde tu mirador privilegiado, te alegras de haber tomado las decisiones que tomaste. En la primera lectura, se quedó en un deseo difuso, pero ahora sabes que el protagonista también eligió bien.
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