Celebrate
¿Lo ves? Párate. ¿Lo ves ahora? Lo tienes justo delante. Puedes tocarlo, es suave, olerlo, tiene un deje como de colonia, escucharlo, canturrea entre las hojas, saborearlo, como los caramelos con pica-pica que comprabas al salir del colegio. No hay duda: es real. Lo deseaste y aquí lo tienes.
Antes de ir a un museo, has visto mil y una veces los cuadros que contiene. Reproducciones en libros, fotos en la pantalla del ordenador. Anhelabas verlos, tus pintores favoritos y sus obras. Y entonces vas al museo y caminas por un pasillo y de repente tienes que recular, parece mentira pero está ahí, nada más girar la esquina.
Algunos cuadros son minúsculos, la Mona Lisa; otros, en cambio, impresionan más de lo que imaginabas, el de Napoleón en su caballo, la capa al viento. Colgados de una pared delante de ti siempre tienen otro efecto. Con su marco y su textura. Y además, nunca estás solo, otros visitantes los admiran. Tienes que compartirlos.
Disfruta. De estar en el museo, de girar esquinas y descubrir las versiones originales de los cuadros que habías estudiado en el instituto. Disfruta al conocer otros nuevos. Déjate sorprender por las sorpresas que esconden esos pasillos. Atesóralas. No mires el reloj, no pienses en el calendario. Sólo importa este momento, ya lo sabes.
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