Would you be wonderful if it wasn't for the weather?
-¿Cuál es el problema ahora?
-Me duele la cabeza. La resaca. Tengo mal despertar.
Podía escudarme en muchas excusas. Y ninguna sería exactamente mentira. Supongo que en verdad era tan sencillo como que no me apetecía. Así que, de forma unilateral, decidí que seguiríamos durmiendo. La luz ya entraba por la ventana pero todavía no había sonado el despertador.
Dos o tres cabezadas después, le descubrí con sus ojos legañosos clavados en mí. Debía de llevar un buen rato así, esperando a que nuestras miradas se cruzasen. Estábamos tan cerca que él parecía un cíclope. Despeinado y guapo, pero cíclope.
-¿Cuál es el problema ahora? -repitió.
Dudé: ¿no me había oído antes? ¿O no le habían parecido lo bastante buenas mis excusas? Probé con otras:
-Tengo que ir a trabajar. Va a sonar la alarma en cualquier momento. Prefiero hacer las cosas bien, con calma.
Todo eso tampoco era mentira.
-¿Cuál es el problema ahora? -insistió él.
Estaba claro que esperaba la respuesta correcta por mi parte. Una palabra clave. Muerto de sueño, deseando acurrucarme entre las mantas, me acordé de Indiana Jones resolviendo los enigmas cuando todo parecía perdido, recuperando su sombrero un segundo antes de que la compuerta se cerrase para siempre, escapando por los pelos. Pero lográndolo siempre. ¿Cuál es el problema ahora? Y dije:
-Ninguno.
Mi respuesta no había sonado muy convencida pero él sonrió, satisfecho. Y entonces comprendí. O mejor dicho, recordé. Y ya todo fue bien. Muy bien, de hecho. Más tarde, al salir a la calle, Barcelona esa mañana de sábado parecía más llena que nunca de detalles sobre los que escribir poemas y de las sonrisas de gente que paseaba sin mapas. Se dejaban guiar simplemente por la luz del sol al torcer la siguiente esquina.
"Los caminos se pierden cuando se ponen excusas."
(Hagakure, Yamamoto Tsunetomo)
0 comentarios:
Publicar un comentario