I've got a ticket for a world where we belong
Cada mañana la misma escena. Sales de casa y en el portal, escoba en mano, la portera está hablando con la portera del edificio de al lado. Una pone cara de gravedad confidente; la otra, de sumo interés. Te sorprende que en su vida pasen tantas cosas como para tener que contárselas cada mañana sin falta.
Son los pequeños secretos de tu ciudad. Como cuando pasas por delante de una puerta que generalmente está cerrada y en su interior descubres un almacén o un jardín o un club de lucha clandestino. Al salirte de tu ruta habitual, en la calle de al lado siempre encuentras una tienda de cupcakes de apetitosos colores.
Lugares que parecía imposible que pudieran existir ahí mismo, tan cerca de tu día a día. Y sin embargo ahí están. Y de algún modo los sientes tuyos, familiares. La nueva montaña rusa en un parque de atracciones que ya conocías. Los conciertos de un festival en el que no has estado. Todo te está esperando para que lo descubras.
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