Memory of the future
No puede ser cualquier libro, tiene que ser especial. Lo coges, piensas tu pregunta, y entonces, al abrir el libro por una página al azar, la primera frase que te salte a la vista tendrá una respuesta infalible. Pensabas que el único loco eras tú pero resulta que es un método que existe desde hace siglos. Bibliomancia, lo llaman.
¿Otoño? Me descolocó encontrarme el poema que encabeza esta entrada. Pero lo bueno de los flashforwards, recuerdos del futuro, premoniciones, como quieras llamarlos, es que, a su manera, lo ordenan todo. Todo tiene sentido. Así que enseguida me tranquilicé porque el futuro que tenía que empezar ahí.
Sôseki estaba en lo cierto al componer su poema. Este año está siendo un río, otoño ha sido decisivo, y ahora lo entiendo, la novela tenía que terminarla en esta época. Dicen que sólo escribes tu primer libro una vez. El mío tenía que salir así. Nació el año pasado pero tenía que aparecer todo lo que he aprendido y confirmado en 2012.
Me gustan los recuerdos del futuro porque, lejos de constreñirte, te invitan a aprovechar al máximo el abanico de posibilidades. Con la tranquilidad, además, de saber que todo saldrá bien, según lo previsto. Tu elección será siempre correcta y fluirás hasta el único futuro que te pertenecía. En el fondo, eso ya lo sabías.