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Cruel summer

Mi verano no ha empezado todavía. Gajes de ser autónomo, ya lo sabes: trabajas en algo que te llena, pero lo haces cada día y a todas horas. El caso es que ayer libré por la tarde. La primera tarde de fiesta en varias semanas. Nada más salir de la tienda, me vino a la lengua un regusto a verano. El gusanillo. Ni corto ni perezoso, me fui a la playa. No a la de siempre, sino a una por la que solo había pasado por delante. Quería probar.


Busqué un hueco entre la arena y me eché sobre la toalla. Llevaba un libro conmigo, pero lo primero que hice al tumbarme fue cerrar los ojos. Estaba rodeado de personas que no me conocían. Turistas, en su mayor parte, pero también gente de otros barrios, de otros entornos. Me sentí por un momento como si estuviera en la costa francesa o en una isla italiana. Serían los gritos en esos idiomas, no lo sé, pero me sentí acogido en la desconexión.

Tras la zambullida de rigor y un par de capítulos del libro, decidí continuar la ruta turística. Un helado, una foto a la fachada de una iglesia, callejear confiando en las buenas intenciones de los que planificaron esas calles estrechas, descansar junto a la fuente de una plaza, comprar en una tienda donde nunca comprarías. Barcelona con los ojos limpios del turista. Rematé la noche con una copa de vino blanco y una tabla de quesos. Brindé por mis vacaciones de 6 horas. Viene bien mimarse de vez en cuando.

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4 comentarios:

Mamen dijo...

Hola!

Bonita entrada! Me alegro que hayas disfrutado de una tarde libre y que haya sido productiva. De vez en cuando un descanso va muy bien. Hay que despejarse, hacer cosas que apetecen y notar que es verano!

Un saludo.

Alex Pler dijo...

Gracias Éowyn! Me están viniendo muy bien estas desconexiones puntuales. A partir de la semana que viene, vacaciones de verdad y despeje total, espero.

Mamen dijo...

Hola Alex!

Desconectar puntualmente, va muy bien. Cuando tengas vacaciones de verdad, a disfrutarlas 100%. Yo tan solo he tenido dos días para despejarme y me fui a la playa. Me sentó muy bien un cambio de aires!

Un saludo!

Alex Pler dijo...

El momento de mayor desconexión de este verano duró 5 minutos, el que describí en la entrada de sumergirse en el mar. En cuanto tenga días enteros, el cerebro volará.

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