It's 'bout time we got some airplay of our version of events.
Se ha hecho esperar pero ya está aquí. Después de lanzar tres singles propios, otras tantas colaboraciones y ganar diversos premios (entre ellos el Brit Awards de los críticos, del que le harán entrega este mismo sábado), Emeli Sandé lanza su esperado debut. La expectación era alta y pienso que jugará en su contra, porque al final el disco es mucho más conservador de lo que prometían los singles o el propio look de ella.
Heaven, su single más conocido,
la despacha rápido. Al parecer, salió en muchas listas de las mejores canciones de 2011. Yo la descubrí este enero. No importa: es grandiosa en cualquier año que la escuches. Parece salida de una discoteca de los 90 gracias unas bases trip-hop impecables, hipnóticas, y esos coros del estribillo te animan aunque no quieras. Cuando la canción termina, piensas: ¿cómo grabar algo a la altura? Pues, por ejemplo, no intentando vivir a la sombra de tu single de éxito.
El resto de canciones de
Our Version Of Events no tienen nada que ver con
Heaven. Es un repertorio sorprendentemente clásico. Baladones muy tremendos, en la línea de lo que triunfaba en los dormitorios de los 90: Whitney Houston, Céline Dion, Mariah Carey. Es un poco como la secuela del primer disco de Leona Lewis (y esta comparación es inevitable en
Mountains, tema que de hecho iba a ser para Leona). Mucho piano, mucha letra sobre el amor y el desamor, mucho estribillo desgarrado cantado con una voz siempre eficaz y unas percusiones modernas como único recordatorio de que el disco se ha lanzado en 2012.
Muy inteligentemente, para no eclipsar el repertorio, los otros dos singles, la pegadiza
Daddy y la luminosa
Next To Me, que puede hablar sobre lo que acompaña un buen amor o un buen disco, los han desperdigado a lo largo de un tracklist que quizá peca de ser demasiado largo (14 canciones pueden hacerse muy cuesta arriba si encima todas son lentas; yo habría preferido una selección más exigente).
De entre los temas nuevos, sobresale
My Kind Of Love, monumental, o la declaración de intenciones de
Read All About It (Part III). La mejor letra de todo el disco. Habla de la valentía: encontrar tu propia voz y no tener miedo de utilizarla, digan lo que digan. Y es precisamente eso, la voz de Emeli Sandé, lo que brilla en los temas más contenidos, como
River y su piano,
Suitcase, que casi roza el country, o Break The Law, impresionante porque Emeli la canta casi acapella, jurarías que la tienes a ella susurrándotela al oído.
Ya se sabe: las cosas no salen siempre como esperabas. Eso no quiere decir que no sea para bien. Un fracaso amoroso puede llevarte a componer un gran disco que te llevará al estrellato y a millones de personas les dará consuelo. Que se lo digan a Adele. El disco de Emeli Sandé no es un golpe sobre la mesa, pero sin duda es un buen disco, una colección de canciones que te van calando escucha a escucha. Como una de esas novelas que no son trepidantes, pero que tan a gusto se leen en la cama y te cautivan página tras página con una prosa elegante. El calor de la manta, la esponjosidad de la almohada y la compañía de una gran voz. A veces no necesitas nada más.
You've got the words to change a nation but you're biting your tongue
You've spent a life time stuck in silence, afraid you'll say something wrong
If no one ever hears it, how we gonna learn your song?
So come on, come on, come on, come on
You've got a heart as loud as lightening, so why let your voice be tamed?
Baby we're a little different, there's no need to be ashamed
You've got the light to fight the shadows so stop hiding it away
Come on, come on
I wanna sing, I wanna shout
I wanna scream till the words dry out
So put it in all of the papers, I'm not afraid
They can read all about it