The Kids Are All Right
Odio ver la ganadora del Oscar a Mejor Película cuando la gala es aún tan reciente. Así que, si no la he visto (y suele ocurrir, porque mis favoritas o se van de vacío o ganan premios menos "importantes"), opto por alguna de las otras nominadas que tuviera pendiente. El miércoles por la noche le tocó a "The Kids Are All Right".
Se trata de una película modesta a la que, seguramente, sin ese dúo de actrices protagonistas (Julianne Moore y Annette Bening) no se le habría hecho el mismo caso. Me alegro de que estuviera nominada al Oscar, pero creo que ni de lejos se lo habría merecido ganar. Y con eso no digo que sea mala, sólo que no es "ese tipo de película".
Por lo demás, y sin entrar en demasiados spoilers, estamos ante un historia emotiva y sin demasiadas pretensiones. Una historia de críos que quieren jugar a ser adultos y adultos que se creen de vuelta de todo pero todavía tienen mucho que aprender, muchas hostias que darse. Los adultos educan a los críos, pero olvidan que también pueden aprender de ellos.
La química entre los 5 miembros de esta familia tan peculiar es muy, muy buena. Es gracias a eso que la película se salva de ser un vulgar film de domingo por la tarde. A ratos, no puede evitar caer cierta moralina made in USA (ni Los Simpson se salvan de eso), pero afortunadamente se pasa casi de puntillas por esos momentos. Por cierto, no entiendo que se la catalogue de comedia. Es cierto que hay momentos más distendidos, pero desde luego el tono no es de comedia, sino de película realista, con sus risas y sus dramas (y de estos hay unos cuantos).
Me fascinó el personaje de Tanya, la ayudante y amante ocasional de Mark Ruffalo. Superguapa, superindependiente, superdivertida, superracional... hasta que las cosas se tuercen, claro. Y hablando de Mark Ruffalo... entre tú y yo: no me importaría tenerlo de donante, if you know what I mean. ¡Qué contorsionismo!
Por lo demás, y sin entrar en demasiados spoilers, estamos ante un historia emotiva y sin demasiadas pretensiones. Una historia de críos que quieren jugar a ser adultos y adultos que se creen de vuelta de todo pero todavía tienen mucho que aprender, muchas hostias que darse. Los adultos educan a los críos, pero olvidan que también pueden aprender de ellos.
La química entre los 5 miembros de esta familia tan peculiar es muy, muy buena. Es gracias a eso que la película se salva de ser un vulgar film de domingo por la tarde. A ratos, no puede evitar caer cierta moralina made in USA (ni Los Simpson se salvan de eso), pero afortunadamente se pasa casi de puntillas por esos momentos. Por cierto, no entiendo que se la catalogue de comedia. Es cierto que hay momentos más distendidos, pero desde luego el tono no es de comedia, sino de película realista, con sus risas y sus dramas (y de estos hay unos cuantos).
Me fascinó el personaje de Tanya, la ayudante y amante ocasional de Mark Ruffalo. Superguapa, superindependiente, superdivertida, superracional... hasta que las cosas se tuercen, claro. Y hablando de Mark Ruffalo... entre tú y yo: no me importaría tenerlo de donante, if you know what I mean. ¡Qué contorsionismo!
Supongo que la película me emocionó especialmente porque justo el otro día, valoraba la posibilidad de retomar el contacto con mi padre, al que hace 12 años que no veo, así que pude entender muy bien a esos hermanos que quieren conocer a su padre biológico y al conocerlo sienten una mezla de fascinación y decepción.
I wish you could've been... better.
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