Els nostres tigres beuen llet
Albert Espinosa ya es habitual en este blog. Con sus libros y películas y ahora, también, una obra de teatro. Sus obras siempre llegan a tu vida cuando tienen que llegar. Esta vez fue por sorpresa, una amiga tenía dos invitaciones. Con ella que comparto comidas especiales; de hecho, al final de la primera comida ella acabó comprándose El mundo amarillo.
Y ahí estábamos ayer, año y medio después, expectantes en nuestras butacas del TNC. Els nostres tigres beuen llet. No sabíamos nada. Intuíamos una obra juvenil: por las fotos promocionales, por buena parte del público, que venían directos de clase. Y pareció confirmarlo una primera escena en un campo de futbol. Pero no.
Es una obra dura. Durísima. Seis hermanos obligados a dejar atrás la adolescencia demasiado deprisa y seis adultos enfrentados a sus demonios interiores. Tienes que haber vivido para entenderlo. Flashbacks, metateatro, escenas muy impactantes que saben sacar partido de una escenografía menos minimalista de lo que parecía al principio. Siempre hay sorpresas. Y buenos actores.
Al final, la catarsis. Sales de la sala en shock, como después de una larga y extrañamente reparadora ducha fría. A finales de mes volveré a verla con otra amiga también muy pro-Espinosa. Lo agradezco, porque ciertos diálogos y momentos tengo que acabar de digerirlos. Pero si algo tengo claro es que hay que vivir. Sin rencores y disfrutando al máximo. Quizá algún día no vuelves a levantarte.
0 comentarios:
Publicar un comentario