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Those Dancing Days - Daydreams & Nightmares

Adoro cuando llega de la nada y sin previo aviso El Disco. Un álbum que, por sonido y por letras, era justo ese que tenías que escuchar ahora, el que necesitabas que te acompañase en este momento preciso de tu vida. El que escucharás por las noches antes de dormir, o mientras escribes, o preparándote para salir de fiesta, o paseando por las calles de tu ciudad. Generalmente es de un grupo o artista que no conocías, o como mínimo de alguien a quien no le habías prestado mucha atención. El flechazo es instantáneo y pasa a formar parte de tu banda sonora vital, aparecerá en tus futuras listas de discos que dejaron huella, y siempre asociarás ese disco al momento en que te hizo compañía.

Me ocurrió en su día con "Talk On Corners" de The Corrs, con "Aquarium" de Aqua, con "Mechanical Animals" de Marilyn Manson, con "Ray Of Light" de Madonna (con este CD, además, me reencuentro cada X tiempo, es brutal), con "Life In Cartoon Motion" de Mika. Y me ha ocurrido ahora con "Daydreams & Nightmares" de las suecas Those Dancing Days, un adorable grupo de cinco chicas, teloneras además de la grandísima Robyn. Y por si fuera poco, lo ha producido Patrik Berger, co-responsable de "Dancing On My Own".


Lo definen como "Un disco para hacernos sentir que estamos saltando charquitos bajo la lluvia mientras sonreímos" en esta crítica. Y es tal cual. Desprende un buen rollo, una sensación de venirse arriba, un "optimismo a pesar de todo" tremendos. Una voz dulce pero fuerte (de chica que ya está de vuelta de todo y por eso mismo se atreve a ser feliz), guitarras y percusiones mezcladas con sintetizadores. Those Dancing Days suenan atemporales, a muchas décadas pasadas y a la vez a ninguna en concreto. No voy a hacer una crítica detallada, me conformo con decir que los 11 temas que componen el álbum me encantan y que no me salto ninguno, pero sí voy a destacar cuatro canciones:

Reaching Forward
Sus percusiones, su mensaje de "aquí estoy yo otra vez, y mejor que nunca" y ese interludio instrumental que nos transporta del minuto 2 al 3 me vuelven loco. Me provoca tal subidón que la habría puesto sin dudarlo en la lista "Beautiful Life" del otro día.
I deserve to be this good, don't you bring me down.

I'll Be Yours
La más popera y happy de todo el disco, un desenfadado (pero apasionado) himno al amor y la amistad incondicionales, contra viento y marea. El último minuto y medio es gloria. No os perdáis el vídeoclip.
Rain drops are falling but we're staying dry.

Can't Find Entrance
Cuando sabes que estás tan, tan cerca de conseguir lo que quieres que no puedes evitar impacientarte: ¿dónde está la puerta? ¿por qué no lo consigo YA? La música, más rockera que las anteriores, refleja muy bien esa dulce frustración.
I really hope my new star doesn't turn to dust.

Keep Me In Your Pocket
Mi favorita. Empieza como un medio tiempo curioso, hasta que irrumpe un estribillo enérgico y las palmadas acompañan a la perfección su mensaje: tú mereces la pena y yo merezco la pena, así que decídete ya, no perdamos el tiempo.
Come on, I'm worth to struggle for.


Lo dicho: todo un descubrimiento al que llegué por casualidad, siguiendo una recomendación en un foro de videojuegos. Se recomiendan decenas de canciones en ese post dedicado al pop, y no a todas les hago caso, pero "I'll Be Yours" me llamó la atención, me atrajo como un imán. Es genial cuando ocurren estas cosas, estas casualidades tan necesarias. Ahora lo único que sé es que "Daydreams & Nightmares" me va a acompañar durante las próximas semanas, puede que incluso meses.


Let's chase some clouds together
Ride the rainbow with me
Try to catch a fox in space and
Keep it in your pocket
Under the surface stars are closer
Than you think

I know I should leave you out of my mind
But this train has gone too far

And I know
And you know
You'll never stay
I'll never go

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I blame you for the moonlit sky

"Es que por su culpa..." ¿Por qué nos gusta tanto culpar a los demás de nuestras desgracias, de nuestros errores, de todo lo absurdo e injusto que nos ocurre? Quizá porque es más cómodo, menos doloroso que aceptar la propia responsabilidad. Es duro asumir que no nos engañan: nos dejamos engañar; no nos ofenden: nos dejamos ofender. Nos gusta pensar que el enemigo siempre son los demás, nosotros somos perfectos y no estamos equivocados, somos las víctimas. Pero no.


Quizá también influye otro factor: según un amigo mío (que además de actor es muy buen psicólogo), todo aquello que criticamos en los demás suelen ser defectos nuestros, faltas que también hacemos y odiamos hacer: nos vemos reflejados en el otro y le criticamos aquello que odiamos en nosotros mismos, y lo odiamos tanto que difícilmente lo admitiremos (reconocerlo y cambiarlo nos obligaría a evolucionar demasiado). Calmamos nuestra conciencia criticándoselo a otro, como si no fuera con nosotros la película. Por eso, generalmente, somos nuestro peor enemigo. De forma inconsciente, nos condenamos a la infelicidad, nos ponemos barreras y encima le echamos la culpa a los demás.

También es peligroso "culpar" a los demás de lo contrario, de nuestra felicidad. Dicho de otro modo: ser felices gracias a los demás, ser felices gracias a otra persona. "Sin ti no soy nada", "Mi vida sólo tiene sentido ahora que estás tú" y demás frasecillas que nos repiten a diario canciones y películas. No debe ser así. Porque entonces cuando la otra persona falta, tu mundo se desmorona. Del mismo modo que no hay que culpar a los demás de nuesro sufrimiento, hay que aprender a ser feliz por uno mismo. Mimarse, reencontrarse, dedicar tiempo a las cosas que te gustan y te llenan, darte cuenta de que eres un partidazo (que sin necesidad de nadie ya vales mucho), disfrutar. Y -entonces sí- compartir esa felicidad con los demás. Es una forma mucho más sana y sensata de ser felices.

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Howl / Aullido

¿Qué pasa cuando haces una distinción entre aquello que le dices a tu amigo y aquello que le dices a tu Musa? El truco está en quebrar dicha distinción y aproximarte a tu Musa sinceramente, como te hablarías a ti mismo o a tus amigos. Es la capacidad de comprometerse a escribir de la manera que tú eres.

(Allen Ginsberg)

Se le llama calidad de vida: salir de trabajar el sábado por la tarde, comprar una entrada en los cines Verdi (que tengo al lado), volver andando a casa para cenar allí tranquilamente, dar otro pequeño paseo por las callejuelas y las tiendecitas de Gracia de regreso a la calle Verdi, disfrutar una crepe de chocolate antes de entrar al cine. Adoro mi barrio.

Se le llama dejarse sorprender por la vida: consultar la cartelera por curiosidad, como cada fin de semana, sin buscar nada concreto, o sólo buscando: buscando cualquier cosa, buscando La Película... y decidirme instintivamente por una: "Howl", poeta transgresor de la generación beat, la voz de una generación, James Franco, Rob Epstein, Jeffrey Friedman, mezcla de varios géneros y formatos... Me convence la propuesta. Poco sabía yo que esta especie de biopic sobre Allen Ginsberg iba a impactarme como lo hizo. Mindfuck literal.


La película está dividida en tres bloques que van intercalándose. Por un lado, tenemos una larga entrevista a Allen Ginsberg (interpretado por James Franco) hablando de su obra, de porqué escribe (y porqué escribe así), rememorando algunos momentos clave de su vida. Por otra parte, tenemos un juicio al editor de "Howl" (el famoso poema escrito por Ginsberg); por el mero hecho de haberlo publicado, acusan al editor de promover la obscenidad, la homosexualidad, el vicio y el buen gusto. Y por último, tenemos la lectura íntegra del poema en cuestión, acompañada de vistosas animaciones que tratan de traducir la poesía en imágenes muy plásticas.

Está basado en hechos y personas reales, y por eso impacta tanto. Por eso y porque su discurso sobre la libertad de expresión y la libertad creativa, por desgracia, no han perdido tanta vigencia como podría parecer. Ginsberg abogaba por la libertad absoluta: que el autor no se censurase a sí mismo y hablase de lo que le gustaba, lo que le interesaba, sin ataduras ni reparos de ningún tipo. Que vertiera en el papel lo que se contaría a sí mismo o lo que le contaría a su mejor amigo. No es menos interesante la parte del juicio, con un encendido debate sobre qué es literatura, qué tipo de valores o vocabulario son "necesarios" para considerar que un texto es literario y no obsceno.


Ginsberg fue transgresor, por eso su poema "Howl" levantó tantas ampollas pero también supo conectar con una generación entera, que vio en sus palabras lo que ellos sentían y no sabían expresar. Lo más bonito es cuando el personaje revela que empezó a escribir por amor: se había enamorado de su amigo y escritor Jack Kerouac, y al no ser correspondido, escribir le pareció la mejor forma de comunicarse con él. De impresionarle, también. Y una cosa llevó a la otra. De escribir por amor, a ser escritor. A destacar cómo James Franco se mete en el papel hasta el punto de que no sientes que esté actuando: es Allen Ginsberg. Casi jurarías que las escenas de la entrevista están rescatadas de algún programa de televisión antiguo.

Es una película que me impactó mucho, muchísimo, me fascinó la persona de Allen Ginsberg y ya tengo encargado su libro "Aullido y otros poemas". Pero también reconozco que es una película densa, se hace más larga de lo que es, al final se vuelve demasiado reiterativa y desde luego no es una película que recomendaría. Hay que saber muy bien lo que se va a ver, tener ese día la mente despejada, libre de prejuicios y muy receptiva.

El poema se ha malinterpretado sólo como una promoción de la homosexualidad. En verdad es... es más la promoción de la sinceridad, acerca de cualquier tema. Si eres un fetichista de los pies, escribe acerca de los pies. Si eres un especulador del mercado, puedes escribir acerca del aumento de la curva de ventas o el gráfico del mercado del petróleo. Cuando un pequeño grupo de personas es franca acerca de la homosexualidad en público, aquello rompe el hielo. Cuando la gente es franca acerca de lo que sea, entonces... aquello es socialmente útil. 
(Allen Ginsberg) 

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I need to make a connection

Conexiones. Hace semanas hablaba del tema con unos amigos y desde entonces quería dedicarle una entrada en el blog, pero no encontraba el momento. Supongo que a todos nos ha pasado alguna vez: coger el móvil y justo en ese momento recibir la llamada o el mensaje que llevabas horas esperando; pensar en alguien y encontrártelo al día siguiente. Casualidades, quizá. Pero casualidades bonitas que endulzan nuestro día a día.

A mí me da un subidón enorme estar esperando una llamada, consultar el móvil porque me ha parecido que vibraba (rara vez lo llevo con sonido... algún día os contaré porqué) y segundos después, por fin, recibir La Llamada, y de paso ver la foto de la persona en la pantalla. Ir a enviar un WhatsApp a alguien y que justo ese alguien me mande uno a mí. Sólo me pasa con ciertas personas, y no siempre, claro. Pero me pasa: cuanto más ganas tengo de recibir esa llamada, parece que más fuerte es la conexión que me lleva a presentirla.


El sábado experimenté otra conexión muy curiosa. Buscaba en Facebook a una chica que creía que ya la tenía, pero resulta que no. Busqué entre los contactos de los amigos en común y seguí sin dar con ella. Al cabo de una hora, entraba por la puerta de mi tienda la que era la mejor amiga de esta chica en el instituto. Me compró varias cosas y estuvimos hablando. Y al añadirla a ella a Facebook, pude dar por fin con la otra chica.

Un amigo mío está convencido de que nuestros cerebros realmente están conectados por energía, que esas conexiones son muy fuertes al principio (especialmente en el caso de los flechazos) y luego se van calmando con el tiempo, derivando en algo más relajado y bonito. También parecen ser más fuertes con la gente que está lejos, quizá sea una forma de sentirnos un poquito más cerca. Supongo que todavía nos queda mucho por descubrir, el cerebro humano es terreno inexplorado, tan desconocido como el último rincón del universo. Por ahora, me conformo con seguir sorprendiéndome con estas "casualidades".

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Modern Family

Me he aficionado a las series de capítulos de 20 minutos. No sólo son más cortas, también tienen un ritmo mucho más ágil que las series de 40 minutos. Aunque las vea por la noche, no me duermen. Al contrario: me animan a poner otro capítulo, y otro, y otro. Acabo haciendo auténticas maratones.

La 1ª temporada de "Modern Family" la empecé hace meses, pero hasta esta semana no he terminado (en una maratón de 10 capítulos), y me queda pendiente la 2ª. Presentada en forma de falso documental sobre las vivencias y desventuras de tres familias muy diferentes (pero que a su vez forman entre ellos una gran familia), se trata de una de las mejores comedias actualmente en antena. La clave, como siempre en una serie, está en los personajes: variopintos, a veces esperpénticos, y siempre adorables.


Las 3 familias nos brindan momentos impagables. Claire y Phil, y sus tres hijos, son la familia más convencional: mujer moderna que renuncia a su vida profesional para dedicarse en cuerpo y alma a su familia, hombre soso y entrañablemente patético en sus intentos de ser guay, hijos problemáticos (la mayor en plena edad del pavo, la mediana en plan repipí, una especie de Lisa Simpson, y el pequeño rebelde y atolondrado). Y a pesar de ser tan convencionales, siempre consiguen complicarse la vida para arrancarte una carcajada. El capítulo del iPad es tremendo.

Mitchell y Cameron, y su hija adoptiva Lily, son mi familia favorita. Pareja gay que encaja precisamente por su disparidad: uno serio, abogado, políticamente correcto e increíblemente sexy (y eso que no me gustan los pelirrojos); el otro corpulento, divertido, plumífero, demasiado lanzado y con un desparpajo inevitable. Sus escenas desprenden ternura y delirio a partes iguales. Y Lily es un amor, con esa mirada y esos disfraces que le encasquetan. Inolvidable la escena del primer capítulo donde presentan a su hija con una performance del "Circle of Life" de "El Rey León".

La otra familia la forman Jay (el patriarca), Gloria y Manny. Típico caso de hombre rico mayor, divorciado, que se vuelve a casar con una jovencita jamona. Jay es bastante anodino pero lo compensa Gloria, que es ni más ni menos que El Personaje de la serie. Latina y pasional, con un acento inglés delirante que da pie a muchas de las grandes frases de cada capítulo: "I am Colombian, I know a fake crime scene when I see one!". Pero su hijo Manny no se queda atrás, muy maduro para su corta edad. Sus alardes de trascendencia me tienen encandilado.


No va a ocupar el lugar de mi serie favorita, porque con "How I Met Your Mother" conecto a muchos niveles (los personajes, la original narrativa, todo el tema de las casualidades y las señales que se van enlazando para llevarte al camino correcto, etc), pero lo cierto es que cada capítulo de "Modern Family" me hace reír y pasar 20 minutos agradables, que ya es mucho. Ahora a por una maratón de otra serie pendiente: "Cougar Town".

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Frédéric Beigbeder - El amor dura tres años

Al principio, todo es hermoso, incluso tú.

Más que una novela, a ratos "El amor dura tres años" es una especie de manual de autoayuda con tintes autobiográficos. Un ensayo sobre el fin del amor, un estudio del desamor para autoconvencerse el propio autor y tratar de convencerte a ti por el camino. Y lo consigue. Frédéric Beigbeder (autor del bestial "13,99€") fue publicista, y eso se nota. Sus frases son lapidarias. Puros eslógans. Provocadores, salvajes, sinceros, indiscutibles. Terapia de shock intravenosa con forma de libro.


A través de capítulos muy breves (el más largo tiene 5 páginas; la mayoría, 2), Beigbeder va desgranando el fracaso amoroso de su alter ego Marc Marronier: se enamoró, se casó, se divorció. Y vuelta a empezar, porque se vuelve a enamorar, y vuelve a sufrir, ahora con el añadido de saber que todo terminará dentro de 3 años, porque el amor (según el autor y según la bioquímica) está diseñado para durar sólo ese lapso de tiempo. El entorno de la novela: el París burgués, de los veinteañeros y treintañeros modernos. Contando sus miserias, Beigbeder expone las de toda una generación entera obsesionada con el lujo, las fiestas, las apariencias, el sexo esporádico y todo lo que sea fácil y rápido.

Lo leí hace muchos años, después de que "13,99€" me impactase, y recuerdo que entonces "El amor dura tres años" no me gustó tanto. Quizá porque es uno de esos libros que tienes que leer en el momento preciso. Entre el título y el argumento ya os imagináis cuál es ese "momento preciso". Ahora, en cambio, me ha encantado. En su descreímiento, Beigbeder coge los tópicos, los retuerce, los lleva al extremo, pero lo hace con una sinceridad tan brutal, que no sólo te obliga a sentirte identificado, también te lleva a suplicar: "dame un poco de esperanza, coño". Y te la da, claro. El libro no es sólo un largo lloriqueo emo sobre el desamor, también es la búsqueda de una salida, con la voluntad de aprender a hacer las cosas bien en el futuro. Lo dicho: es un libro para leer en el "momento preciso".

En el momento preciso y con un lápiz en la mano, porque lo necesitaréis para subrayar un frase tras otra y párrafos enteros. Os dejo una selección de citas del libro para que podáis haceros una pequeña idea del contenido.

El primer año, se compran muebles. El segundo año, se cambian los muebles de sitio. El tercer año, se reparten los muebles.

Nuestra generación es demasiado superficial para el matrimonio. Casarnos es como ir al McDonald's. Luego, hacemos zapping.

Cuando uno lo tiene todo demasiado pronto, acaba deseando un desastre que lo libere. Una catástrofe para sentirse aliviado.

Llegará -fatídico- el día en que tendrás que esforzarte. En que tus "te quiero" ya no tendrán el mismo sabor. A mí, la voz de alarma me pilló en la fase de afeitado. Me afeitaba todas las noches para no pinchar a Anne al besarla por la noche. Y, una noche -ella ya estaba durmiendo (había salido sin ella hasta el amanecer, el típico comportamiento lamentable que uno se permite con la excusa del matrimonio)-, no me afeité. Pensé que no era grave, ya que ella no iba a darse cuenta. En cambio, aquello significaba simplemente que ya no la quería.

El amor se acaba cuando es imposible volver atrás.

Todo el problema del amor radica en lo siguiente: para ser felices necesitamos seguridad cuando resulta que para estar enamorados necesitamos inseguridad. La felicidad se basa en la confianza mientras que el amor exige dudas e inquietud.

El amor es una catástrofe espléndida: saber que te vas a estrellar contra una pared, y acelerar a pesar de todo: correr en pos de tu propio desastre con una sonrisa en los labios; esperar con curiosidad el momento en que todo se va a ir al carajo. El amor es la única decepción programada, la única desgracia previsible que deseamos repetir.

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The time stood still, the time was flying

Una semana de verano en Granada. Una mañana gris en Madrid. Un encuentro fortuito de medio minuto en Barcelona, en una tarde que no recuerdo si hacía sol, o si llovía, o qué. Así nace y muere el primer amor. Fin de la historia. Una historia normal, sin más misterios: un amor adolescente que naufragó como tantos otros miles de amores adolescentes pero que, como es lógico, a mí me marcó por ser el mío. Varias casualidades me han llevado estos días a recordar la historia; entre otras cosas, que buena parte de La mecánica del corazón transcurra en Granada, precisamente en Granada.


Ya os conté hace unas semanas el reencuentro con P, mi primer amor, en Madrid, y por qué ese reencuentro me llevó durante mucho tiempo a asociar esa ciudad con la lluvia. Faltaba el último capítulo (bueno, y también el primero, claro: la feliz semana en Granada... pero eso me lo guardo, por ahora). Y es que P y yo nos volvimos a ver una última vez, años después de que fracasase estrepitosamente el intento de darnos una nueva oportunidad.

Salía yo del metro de Plaza Catalunya, esa salida que forma una especie de plaza subterránea en ruinas y que da al bar Zurich. Yo había quedado con un chico. Era la típica cita inesperada que sabes que va a ser un desastre: lo sabes tan bien que no te molestas ni en arreglarte, y te aseguras de llevar el reloj en hora para poder mirarlo a media cita con gesto de "uy, ¡pero qué tarde es!" y así irte cuanto antes. Iba a subir las escaleras y entonces te vi, P. Tardé horas, años, siglos en asimilar que eras tú. Tú en Barcelona. En la ciudad donde en su momento ibas a venir a estudiar y no viniste, donde si hubieras venido quizá todo hubiera sido distinto. Tú. Aquí, por fin. Tan cerca, pero más lejos que nunca.


Me arrepentí al instante de no haberme arreglado. Tampoco sé si lo habrías notado, pero es verdad: me arrepentí. Tú en cambio estabas muy guapo. No sé si más guapo que en Granada, pero más guapo que en Madrid, eso seguro. Parecías tan maduro, tan feliz. Habías cambiado. Estabas tan distinto, y sin embargo te parecías tanto al P que me enamoró aquel verano en Granada. Con tu camiseta azul y tus pantalones cortos y tu sonrisa.

-¡Holaaa! -nos dijimos al darnos cuenta de que sí, de verdad éramos tú y yo, éramos nosotros.
-¿Qué haces por aquí? -preguntaste con toda naturalidad. Como si Barcelona no fuera mi ciudad.
-¡Eso tú! Qué sorpresa...
-Pues ya ves, estoy aquí -le sonreíste, incómodo, a tu acompañante. Comprendí que querías irte. Comprendí que no habría tiempo para todas las cosas que me habría gustado decirte, preguntarte, escucharte decir.
-¿Acabaste ya Bellas Artes?
-No, todavía me quedan dos años. ¿Cómo llevas tú la... Comunicación Audiovisual?
-Lo dejé, ahora estoy estudiando cine.
-Qué bien, qué bonito.
-A ver si quedamos algún día, ¿no?
-Sí, claro. A ver. ¡Hasta luego!

Tu acompañante y tú entrásteis al metro, yo subí las escaleras. Me giré una última vez pero ya no estabas. No sé por qué tuvimos que coincidir aquel día. No sé por qué no hemos vuelto a coincidir jamás, ahora que los dos vivimos en la misma ciudad. No sé por qué nunca hemos cumplido esas promesas de ir a tomar un café alguna tarde. O sí lo sé. Lo sé perfectamente: todo se acabó. Pero es triste. Tan triste como encontrar el cuadro inspirado en un relato mío que me pintaste con todo el cariño, y encontrarlo mientras busco pósters en casa de mis padres para decorar mi nueva habitación, y guardarlo en el fondo del armario para no volver a tropezar con él. Tan triste como fijarme una noche en un tío tirando a feo en la barra del Átame, pero encontrarlo casi atractivo, y darme cuenta a los cinco minutos que es porque me recuerda remotamente a ti. Tan triste como esa plaza subterránea donde nos vimos por última vez, mal iluminada, su techo desconchado y esa lámpara rescatada de algún antiguo teatro derruido.


Siempre he odiado esa salida de metro, me parece fea e impersonal, como si ese rincón donde se cruzan tantos pasillos no perteneciera realmente a Barcelona. Quienes me conocen saben que siempre intento quedar en la puerta del FNAC ("pero la puerta de verdad, la de arriba, no la del Zurich"), y lo hago precisamente para evitar esa salida. No ha sido hasta rememorar esta anécdota que he comprendido porqué. El subconsciente, qué buena memoria tiene, el maldito. Lo más curioso es que mis otras dos grandes relaciones nacieron a menos de cien metros del punto exacto donde me despedí de P por última vez. Y para más inri, al cabo de poco tiempo de la despedida, pusieron dentro del andén de Plaza Catalunya un Dunkin' Donuts (mi perdición), y sólo se puede entrar por allí. El destino, qué bien se lo pasa, el maldito.

Es demoledor ese último reencuentro con una expareja tuya: lo ves más guapo y más interesante que nunca, tú tampoco estás nada mal ahora, pero constatas lo que en realidad ya sabías: que la vida os ha llevado por caminos muy distintos, que ya nada podría cambiar entre vosotros, porque ya ni él ni tú sóis los mismos y por tanto no hay vuelta atrás. Un "Hasta luego" que en realidad significa "Adiós, hasta nunca". Buena suerte.

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It's a beautiful life



Hay días en los que por muy predispuesto que estés, parece que te cuesta sonreír. La música ayuda. Mucho. Al menos a mí, vaya. Me pongo los cascos, enchufo mi mp3 y acompaño el subidón de la música con pasos más firmes, me dejo llevar por Barcelona y al final la sonrisa se instala sola en mi cara. Sale un poquito el sol, por así decirlo.

Por eso he preparado esta lista de 60 canciones optimistas, y por eso quiero compartirla con vosotros. Son canciones muy distintas, de cantantes y grupos variopintos... pero para mí, todas ellas hablan de disfrutar la vida, de no olvidar las ganas de ser feliz. De abrir la capota del coche, levantar los brazos bien alto y cantarlas a pleno pulmón mientras el viento te despeina.


Son canciones que hablan de dar una vuelta por el parque cuando estás de bajón. Con una mano en el bolsillo y la otra bien alto: "choca esos cinco". Rápido, esta oportunidad sólo llegará una vez en la vida. Vivimos fascinados. Y cantas las canciones, pensando: "ésta es la vida". Nada ni nadie puede hacer que me derrumbe hoy. No quiero desperdiciar el tiempo en pequeñas tonterías. Habrá cosas que no entenderé y preguntas por responder, pero yo no me rendiré: no tengo miedo al futuro. Pienso: ¿qué más da?

El sol brillará hasta la eternidad. La sed que siento me sanará. Estos son los buenos momentos de tu vida, ponte una sonrisa y todo irá bien. Estoy contento de estar vivo. El vinilo desborda de la voz de Asha, y al cantar ilumina las calles. Baile, baile mágico. Porque bailando, hasta el espíritu santo se pone blando. La vida puede ser divertida, si lo deseas de verdad. No huiré de la lucha. Sólo el cambio te sacará de la oscuridad. Todavía sigo en pie, sí. Como el águila que vuela en libertad, sobre el valle, lejos de la tempestad.


Se acabó perder el tiempo. Los buenos momentos están por llegar. He encontrado el camino al paraíso. Sólo quiero ser feliz. Me siento vivo otra vez. No te rindas, es una vida maravillosa. Se necesita perder para encontrar. Haces latir mi corazón. Puedo compartir todos los sueños que tengo. Recuerdo mis cosas favoritas y no me siento tan mal. Tras un huracán, llega un arcoiris. Arriésgate esta noche y prueba algo nuevo. Tu voz se proyecta, el futuro se acerca. Aspira positividad. 

Una invitación al baile de la vida. Decidido: vamos a pasarlo bien. No hay rendición posible cuando eres joven y quieres algo. Levántame, levántame, más alto. Quiero jugar, quiero que se me lleve el circo. Alza tu copa. Cuánto necesitaba unas manos que se alzaran al aire. Así es la vida. Escucha el ritmo de una suave bossa nova. Es una mañana luminosa como cualquier otra, pero me siento diferente, estoy feliz. Es algún tipo de magia. Vamos a comprar un helado. Brilla, dulce libertad.

Creo que la hierba no es más verde al otro lado. Despiértate, mañana estarás viviendo la vida correcta. Cuando menos piensas, sale el sol. Nunca dejes de confiar en los buenos momentos. El mundo me parece tan nuevo. Estamos encerando las tablas de surf. Algo me dice que voy hacia algo bueno. No puedo esconderlo, no puedo evitarlo. Vamos a hacer volar una cometa. Podemos irnos de aquí y volar lejos. Tienes que seguir adelante, no te detengas. Sigues vivo.

Ace of Base – Beautiful Life
Alanis Morissette – Hand In My Pocket
Alexis Jordan – Happiness
Alphabeat – Fascination
Amy MacDonald – This Is The Life
Ana Torroja – Sonrisa
Aqua – Happy Boys & Girls
Astrud – No Tengo Miedo Al Futuro
Avril Lavigne – What The Hell
Bob Sinclar (Feat. Gary Nesta Pine) – Love Generation
Café Tacvba – Volver A Comenzar
Calvin Harris – The Rain
Céline Dion – I'm Alive
Cornershop – Brimful Of Asha (The Norman Cook Remix - Single Version)
David Bowie – Magic Dance (7" Version)
Delafe Y Las Flores Azules – Espíritu Santo
Des'ree – Life
Dover – Dannaya
Duran Duran – (Reach Up For The) Sunrise
Elton John – I'm Still Standing
Fangoria – No sé qué me das
Florence + The Machine – Dog Days Are Over
Freddie Mercury – Living On My Own
Genki Rockets – Heavenly Star
Gloria Estefan – I Just Wanna Be Happy
Goldfrapp – Alive
Hurts – Wonderful Life
Jason Mraz – Life Is Wonderful
Jon McLaughlin – Beating My Heart
José Galisteo – Beautiful Life
Julie Andrews (The Sound of Music OST) – My Favorite Things
Katy Perry – Firework
Kylie Minogue – Get Outta My Way
La Casa Azul – La Nueva Yma Sumac
Lazyboy – Inhale Positivity
Madonna – Celebration
Melanie C – Yeh, Yeh, Yeh (Radio Mix)
MIKA – We Are Golden
Moby – Lift Me Up
Natalie Imbruglia – Wild About It
P!nk – Raise Your Glass
Pastora – Feel The Magic
Pet Shop Boys – Se A Vida E (That's The Way Life Is)
Petula Clark – Downtown
Pizzicato Five – It’s A Beautiful Day
Queen – A Kind Of Magic
Roxette – June Afternoon
Safri Duo (Feat. Michael McDonald) – Sweet Freedom
Savage Garden – Affirmation
Seal – The Right Life
Shakira – Sale El Sol
Spice Girls – Never Give Up On The Good Times
The Avalanches – Since I Left You
The Beach Boys – Surfin' U.S.A.
The Bird And The Bee – I'm Into Something Good
The Corrs – Breathless
The Londoners & David Tomlinson (Mary Poppins OST) – Let's Go Fly A Kite
The Sound Of Arrows – Into The Clouds (Fear Of Tigers Remix)
Whitney Houston – Step By Step
Yas – Stayin' Alive

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Mathias Malzieu - La mecánica del corazón

Antes de conocer el sabor de las fresas con azúcar, uno no las pide todos los días.

Como librero, hay veces que te llega un libro y sabes (sientes) que es especial. Puede ser por el título, por la portada, quizá por la sinopsis... No necesitas leerlo para empezar a recomendarlo a esos clientes que intuyes que sabrán apreciarlo. Y aciertas, los clientes quedan encantados y te compran más ejemplares para regalarlo. Se te acumulan demasiadas lecturas pendientes en la mesilla de noche, pero sabes que tarde o temprano, ese libro tendrás que leerlo.

Y cuando por fin llega el día de la lectura, siempre ocurre en el momento más adecuado, y al cerrarlo tras saborear la última página, la última frase, piensas: "No me equivoqué: es especial". Me pasó con La soledad de los números primos (¡ese título!) y me ha pasado con "La mecánica del corazón". Cuando puse en Facebook que iba a leerlo, descubrí que entre mis amigos, había decepcionado bastante; sólo una persona me dijo que le había gustado mucho (excepto el final) y que incluso le había ayudado en su momento. Una vez más, tengo que coincidir con esta persona.


¿Qué se esconde detrás de la preciosísima ilustración de Benjamin Lacombe (ilustrador francés responsable de otras maravillas como "Los amantes mariposa" o "Cuentos silenciosos") que nos invita a abrir "La mecánica del corazón"? Pues ni más ni menos que una fábula sobre el amor. Iba a decir "Una fábula sobre el primer amor", pero no sería del todo cierto. Al final, descubres que todos los amores te marcan a fuego. Del primero al último. Cada uno a su manera. Pero todos te hacen bajar las defensas, a todos te entregas ciegamente, todos te parecen algo nuevo y distinto, todos te hacen flotar mientras duran, por todos luchas hasta la extenuación. Y cuando terminan, todos te desbordan y te hacen sufrir hasta el punto de que parece que morirás.

La portada y la sinopsis de "La mecánica del corazón" recuerdan a Tim Burton, y no es casual. La peripecia del pequeño Jack en busca del amor está plagada de elementos muy burtonianos: pájaros que caen muertos "el día más frío de la historia", humanos monstruosos y monstruos muy humanos, un reloj-corazón demasiado frágil para soportar los sufrimientos del amor, personajes secundarios tan siniestros y adorables como Madeleine, Arthur, Jack el Destripador, George Mélies, una atmósfera de bello cuento trágico surcando todas sus páginas...

Quizá no tiene el encanto de los poemas de Tim Burton recogidos en "La melancólica muerte de Chico Ostra", porque "La mecánica del corazón" no es un libro perfecto: le falla principalmente el ritmo. A ratos todo pasa muy rápido y a ratos muy lento; hay elipsis frustrantes y escenas innecesarias. Tampoco acabo de entender la división por capítulos. Y aunque la mayoría de metáforas y alegorías son preciosas, muy imaginativas y sobre todo imprescindibles para adornar el texto de ese aura de cuento macabro, a veces Mathias Malzieu es tan rebuscado que no sabes muy bien qué te quiere decir. O lo sabes, pero estás convencido de que no era necesaria tanta parafernalia. En cualquier caso, a pesar de estos mínimos defectos, este cuento infantil para adultos es una maravilla.


Te enamoras con Jack, buscas el amor con Jack, sientes la desdicha de Jack. Me ha hecho gracia que gran parte de la acción transcurra en Granada, ciudad donde yo también viví el primer amor. No me enamoré de una bailarina andaluza como Jack, pero sí de un (aprendiz de) artista andaluz. Pero ya digo que "La mecánica del corazón" habla de El Amor en general, no del primer amor. Del proceso inevitable que todo amor conlleva. De cómo al final, siempre, aunque parezca mentira, sobrevives.

En Francia, el autor publicó un álbum con su banda Dionysos, con canciones inspiradas por el libro y algunos featurings inverosímiles como Rossy De Palma. También se estrenó un musical, y Luc Besson prepara una película de animación en colaboración con Benjamin Lacombe. Una buena muestra de que este libro ya se ha convertido en un pequeño clásico. Como mínimo, yo lo he puesto en mi estantería de "libros especiales". Hay que leerlo.

Estás vivo; distinto, pero vivo.

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These are the good times in your life

"Los días de lluvia también ocurren cosas maravillosas", dicen en la escena final de Neon Genesis Evangelion. Quizá sea una de las frases más importantes de toda la serie. Y de las más ciertas. Cuesta digerirla, pero siempre acaba llegando ese día de lluvia maravilloso que da la razón a Ritsuko Akagi.


¿Por qué tiene que ser mala la lluvia? Las canciones, los libros, las películas, incluso los dichos populares parecen empeñados en que veamos la lluvia como algo negativo de lo que hay que huir. Cuando llueve, la gente camina más brusca, de mal humor. No por nada la humanidad inventó paraguas y chubasqueros para protegerse de la lluvia. Pero la lluvia también nos trae cosas buenas, nos trae frutas y verduras, plantas, flores, ríos y lagos. Es delicioso escuchar la lluvia repiquetear contra la ventana una tarde de domingo, o por la noche al acostarte.

La lluvia también puede ser catárquica: abrirte de brazos bajo la lluvia, empaparte y sentirte tan libre que durante ese instante, mientras te golpean un millón de gotas, te crees inmortal. Nada podría dañarte. Y ¿hay algo más romántico que compartir un paraguas con alguien? Lo dudo. Las risas compartidas bajo la lluvia parecen más intensas, más felices: más risas. La ciudad que tan bien conoces cobra una nueva vida bajo la lluvia: sus aceras brillan, los edificios tienen otros colores y esa fuente escondida en el rincón más bonito parece sentirse por fin en casa. Sin lluvia, no habría relámpagos, es cierto, pero tampoco arcoiris. Sin lluvia, ni siquiera podríamos disfrutar de ese cielo tan limpio y tan intensamente azul que te deslumbra al día siguiente de haber llovido.


Eso no significa que no haya días de lluvia horripilantes. Por supuesto. Días de cielo encapotado, sucio, en los que diluvie y truene, incluso granice, y las cosas se tuerzan. Días de lluvia en los que suspenderás el examen de conducir, en los que tu cita no acabará en la cama por mucho paraguas que compartáis, días en los que se irá la luz y te quedarás atrapado en el ascensor. Pero la lluvia no habrá tenido nada que ver. Del mismo modo, que los días de sol no son necesariamente mejores porque sean soleados. Las cosas ocurren como tienen que ocurrir, no hay que permitir que el entorno nos condicione.

Por eso es tan importante no perder el optimismo ni siquiera los días de lluvia. Cuando llueva, sal de casa como siempre, no te lamentes por haber olvidado el paraguas o arriesgarte a que se mojen tus zapatos nuevos: sonríe mucho y ponte a caminar hacia tu destino. Con paso muy firme. Sortea los charcos, pero permite que todas esas gotas que consigan golpearte purifiquen tu alma. Y no dudes ni un instante de que ocurrirán cosas muy buenas en esa ciudad ahogada. Un abrazo, por ejemplo. Dos amigos que se reconcilian, una pareja que se enamora, un coche desprendiéndose por fin de la pegatina que puso allí alguien que ya se fue, una buena película, una cena a la luz de las velas, un niño descubriendo gracias a su padre cómo funciona el ciclo de la lluvia, un paraguas bonito desplegándose como una rosa en medio del paisaje gris. O tu propia sonrisa reflejada en la acera.

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Never Let Me Go / Nunca me abandones

"No es una película para recomendar", se iban diciendo unas abuelitas al salir del cine. Yo estaba tan encantado que por primera vez en mucho tiempo me quedé sentado en la butaca hasta el final de los títulos de crédito, y al acabar, aún con lágrimas en los ojos, hice check-in en Miso y envié un mensaje recomendando la película a alguien que sé que la disfrutará tanto o más que yo.


"No es una película para recomendar". No. En todo caso, no es una película para todo el mundo, del mismo modo que la novela de Kazuo Ishiguro en que se basa tampoco es un libro para todo el mundo. Por eso, aunque sea uno de mis libros favoritos, pocas veces lo recomiendo. Sé muy bien a quién le gustará y a quién no. Película y libro cuentan una historia durísima, de esas que te golpean en el cerebro y el dolor te dura días. Y eso no lo puede aguantar cualquiera, es evidente.

Mi primer consejo es que intentéis saber lo menos posible de la historia. La primera mitad es bastante lenta pero también es imprescindible: está diseñada así para que, llegado el momento, la verdad te golpee con toda su crudeza. Es difícil explicar de qué va o por qué impacta tanto "Never Let Me Go" sin dar detalles. Basta decir que es una historia sobre la vida, nuestra vida. El paso de la infancia a la edad adulta. La búsqueda de respuestas. El miedo a la soledad. La ética (o la falta de ella) del ser humano. Comprender quiénes somos, qué somos, qué seremos.


El libro original es muy japonés: sutil, sin caer en dramatismos baratos, siempre sugiriendo más que mostrando, pero creo que por eso mismo afecta y emociona tanto. La película ha respetado ese tono casi distante, esa elegancia sobria: no se permite caer en las emociones baratas, porque la vida no son emociones baratas. Me parece bellísimo cómo han representado en imágenes los pasajes clave del libro; por no hablar de esa fotografía que juega tanto con los contrastes de épocas y ambientes, pero sin estridencias. Incluso la música emociona sin ir a lo fácil, y eso que utiliza mucho piano. Es una historia que te hace llorar precisamente porque no busca hacerte llorar. Como un cassette tan bonito y tan triste y tan reconfortante que en realidad no existe.

Y poco más puedo decir. El libro apenas se vendía (ahora creo que está descatalogado) y la película sólo se ha estrenado en 3 salas de toda Barcelona. Así que os animo a que os déis prisa, seáis valientes, y la veáis... Si os gusta la vida, vivirla con todo lo que ello conlleva, os garantizo a que estaréis dándole vueltas a las vivencias de Kathy, Tommy y Ruth durante días, quizá semanas. De hecho, las recordaréis siempre: en esos momentos que necesitas recordar que lo importante, siempre, es vivir.

Tenéis que saber quiénes sois, qué sois. Es la única forma de llevar una vida decente.

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Hoy hay luna llena... y un hombre camina por ella

Anoche, con la excusa de la súper luna salí a dar una "vuelta al perejil" (que habría dicho mi abuela). Uno de esos paseos sin rumbo ni duración concretos, puedes acabar dando la vuelta a la manzana o la vuelta al mundo, pensando en todo o en nada. Necesitaba despejarme. Llevaba casi todo el día escribiendo, horas y horas vertiendo párrafos tan intensos que me costaba releerlos porque algunas frases casi me hacían llorar. Y eso jamás me pasa con algo que haya escrito yo. No eran párrafos especialmente dramáticos, pero supongo que la sinceridad puede ser peor que el drama. Es curioso porque después de escribir estos párrafos, me salieron otros absolutamente anodinos, como si ya hubiera volcado suficientes sentimientos por hoy. En fin: cogí mi chaqueta y mi flamante mp3/walkman nuevo y me dispuse a recorrer mi barrio con "On The Floor" en repeat. Un poco de frivolidad nunca viene mal.

Llevaba un rato paseando, sin encontrar la luna ni la "súper luna" ni nada que se le pareciera, sólo un cielo muy negro, con alguna que otra estrella escondida entre las nubes de polución, cuando me llamó la atención que dentro de todos los bares por los que pasaba la gente estaba inmóvil en sus sillas. Todos boquiabiertos, los ojos como platos, en absoluto silencio. Hasta los vasos y los cubiertos parecían congelados en el aire, a medio camino del plato o de la boca. Se ignoraban unos a otros. Observaban ensimismados las pantallas de televisión. Era una escena ciertamente siniestra. Por un momento, pensé que nos invadían los extraterrestres o se acababa de anunciar el fin del mundo inminente. Quizá había explotado la central nuclear de Japón y una descomunal nube radioactiva amenazaba al planeta. Pero no: simplemente estaba jugando el Barça. Se nota que no suelo pasear los "días que hay futbol".


A los cinco minutos, giré una esquina y por fin vi la luna, que surcaba como si nada los edificios del Paseo Sant Joan. No la noté más grande, sólo un poco más blanca, más intensa. Más alcanzable, quizá. Casi parecía que podías alargar la mano y cogerla. Bajé por el paseo un rato, con la vista fija en el cielo. Ella, coqueta, parecía empeñada en esconderse detrás de las azoteas más altas y los árboles más frondosos, pero al final siempre acababa reapareciendo en lo alto del cielo, rodeada de la misma negrura de cada noche. Así suelen ser las cosas, ¿no? A veces parece que se escapan, pero si insistes, si tienes paciencia, siempre vuelven a estar a tu alcance. Anoche la luna siempre volvía. Su imagen me calmaba.

Satisfecho, a punto de dar la vuelta, me fijé en cierta farola junto a unos columpios. Era todo lo opuesto a la súper luna, porque su bombilla estaba a punto de fundirse: parpadeaba de vez en cuando, pero ya se pasaba más rato a oscuras que encendida. Estaba presenciando sus últimos estertores. A sus pies, había una moto de juguete abandonada. Cuando la farola se encendía, por unos segundos podías ver que la moto era roja y tenía una pegatina de Gormiti en una de las ruedas. Estuve a punto de hacerle una foto, pero me pareció una imagen demasiado triste. Miré la súper luna una última vez y volví a casa a ver una película que me habían recomendado.

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Julie Delpy - Julie Delpy (CD)

El 9 de octubre de 2004, salí del cine después de ver Antes Del Atardecer con dos pensamientos: "Qué gran película" y "Necesito el disco de Julie Delpy". La actriz protagonista cantaba 3 canciones de la banda sonora y me habían enamorado absolutamente. En la FNAC no tenían el CD, ni siquiera sabían de quién les estaba hablando. Pero por suerte, mi intuición me llevó a la Calle Tallers y en una de sus tiendecitas lo encontré, bien a la vista, quizá porque ellos sí sabían que formaba parte de la banda sonora de uno de los estrenos de la semana.

Es un disco muy cuco, muy melancólico, muy de cantautora francesa grabando su primera maqueta. Un poquito como Carla Bruni pero sin dar asco, con una voz más natural. Lánguido y frágil, como la portada, pero con sus rayos de sol tambén. Con Julie Delpy no soy imparcial: la adoro y protagoniza dos de mis películas favoritas. Esta semana me ha dado por volver a escuchar su álbum y me ha apetecido dedicarle una crítica para compartirlo con vosotros. No está en Spotify, pero os pondré los links de YouTube de cada canción.


1. My Dear Friend
Uno de los temas más intimistas (que ya es decir) es la carta de presentación del disco. Julie canta casi acapella. Está enamorada de su mejor amigo pero nunca ha intentado forzar las cosas, y aún así los celos de la novia de él los lleva a romper su amistad.
Never tried to have you, never tried to kiss, never tried to touch you...
7/10

2. Mr. Unhappy
En contra de lo que podría parecer por el título, "Mr. Unhappy" es la canción más optimista del CD. Julie ha sufrido maltrato psicológico por parte de un tío que la manipulaba, la anulaba, le remarcaba todos sus defectos, la obligaba a no ser ella, a suplicar que le dijera qué hacer para que él no la dejase... Un día, ella por fin se libera y sabe que en adelante todo irá mejor, mucho mejor. La música transmite perfectamente esa sensación de libertad, de romper esas cadenas y acabar con esa sumisión.
Always saying "something is wrong with me"
Well, something is wrong with you, man
Because ever since it's over between you and I
I feel so... amazing!
10/10

3. Lame Love
Aquí Julie se pone un poquito más chunga. Actitud rockera, pero sin pasarse. Se ha acostado con un tío que tiene novia y ahora él le pide que se vaya, que quiere mucho a su novia y es especial y blablabla. Julie no pierde la dignidad. Así que sigue tocando su guitarra en vez de rompérsela al otro en la cabeza.
How special is she that you had to fuck me?
6/10

4. Ready To Go
Podría haber sido la última canción del disco. Despedirte de un lugar que no es que sea feo o no tenga sol: es que ya no te aporta nada. La música acompaña perfectamente esas ganas de ir hacia adelante, con una percusión marcada y una guitarra que, sin dejar de ser melancólica, habla de cosas buenas por venir. Adoro esa outro: la música para y de repente, durante esos pocos segundos finales, suena otra canción más animada.
It's so quiet here, it feels so right.
7/10

5. Je T'Aime Tant
Julie Delpy es francesa pero ésta es la única canción de todo el disco completamente en su idioma materno. Curiosamente, es la que suena menos francesa, es muy country. Nos explica junto a la hoguera una relación destructiva. No me entusiasma el idioma francés, pero el de Julie me pone casi cachondo.
Nous sommes les amants du tourment.
9/10

6. Something A Bit Vague
Tema oscuro, con sonidos industriales muy sutiles pero omnipresentes, percusiones ahogadas... No desencajaría en la banda sonora de algún "Silent Hill".
Sometimes so caring and always confusing.
5/10

7. Black And Gray
Tema emo. No sé por qué, es de la única canción que no está la letra en internet. Creo entender que va de la muerte de alguien que no tenía miedo a morir, y de que el negro es el único color que le gusta: el gris es demasiado luminoso. Os podéis hacer una idea de cómo suena. La verdad es que es la que menos me gusta.
Life is the only value that suits me.
5/10

8. A Waltz For A Night
La canción que el personaje de Julie Delpy canta en la escena clave de "Antes Del Atardecer". Tiene reminiscencias de vals y es de las canciones más románticas ever. Una oda a un polvo de una noche: algo que te cambió. No os habéis vuelto a ver, pero te cuentan que la otra persona sigue su vida. Y le compones esta canción sólo para que sepa lo que significó para ti aquella noche.
When we were together alone, you didn't seem like a player at all.
10/10

9. She Don't Care
La frustración de estar enamorándote de alguien que no deja de hablar de su ex, de lo mal que le trataba su ex, de las cosas horribles que le decía... y que todavía la echa de menos. El tema más cañero, y no es para menos.
And now, you're free of her but you can't move on.
7/10

10. And Together
Otra canción oscura y deprimente, sólo coge un poco de ritmo en los estribillos. La letra es como la continuación de "Swim" de Madonna, pero menos bonita. No es exactamente mala pero... no conseguiría tararearla.
And together we'll drown to other sea.
5/10

11. An Ocean Apart
Un amor a distancia. Me encantan los contrastes de esta canción: la dulzura del estribillo y la depresión de las estrofas, los punteos de guitarra versus el arpa ensoñadora... La magia de los escasos momentos que los dos están juntos y la inseguridad que sienten al estar separados.
You said our love was stronger than an ocean apart.
10/10

Julie se guarda la mejor canción para el final. Has dejado atrás cosas malas, intuyes que seguirás adelante y ahora te aferras a lo que te hace sentir tan bien. El buen rollo que me transmite esta canción no se puede explicar. Esa guitarra me da ganas de caminar y bailar y dar palmadas, bañado siempre por el sol. No he querido traducir lo que dice esa última estrofa en francés para que no pierda su magia.
Like a fruit too green, too green to let go of its tree.
10/10

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Searching for the thrill of it

Cuando me gusta mucho cierto plato de un restaurante, pocas veces me arriesgo a cambiar. No sé si a vosotros os pasa. Esa sensación de volver al restaurante, darle vueltas y vueltas a la carta, ver mil cosas apetecibles y sin embargo acabar pidiendo lo de siempre, porque es lo que conoces, lo que sabes que te gustará seguro. En el McDonald's sólo cambio si sale una nueva hamburguesa (y luego repito hasta que me la quitan), pero en cualquier otro sitio siempre acabo pidiendo lo de siempre. Not anymore.


El otro día fui a La Tagliatella, uno de mis restaurantes favoritos de Barcelona y, entre lo que se puede permitir mi bolsillo mileurista, el mejor de comida italiana. Un ambiente agradable, raciones abundantes y un delicioso pan de la casa (sobre todo el de olivas... ¡ñam!). Iba a pedirme mis tradicionales raviolis nero con salsa de queso de rulo de cabra, pero como se trataba de una ocasión especial me dije: "Vamos a pedir otra pasta". Opté por los rotondo rellenos de queso y trufas. Pero con la misma salsa "de siempre", claro.

Mi acompañante dudaba entre varias salsas y una de ellas me llamó la atención: setas, jamón y mostaza antigua. Sonaba bien, muy bien. Tuve que pedírmela para acompañar a mis rotondo. Al final, entre un cambio y otro, acabé probando algo completamente distinto a "lo de siempre" y no sólo no me arrepentí, sino que estaba aún más delicioso. La tentación de repetir es muy grande pero no, no lo haré. Probé un poco de los pappardelle con salsa a la matriciana de mi acompañante y me quedé con ganas de más.


Últimamente voy aprendiendo a saborear las sorpresas de la vida. También estoy cambiando mis hábitos de bebida. Cuando salgo ya no sólo bebo 43 con Coca-Cola. La ginebra con limón está buenísima, por ejemplo. Y si me da el punto, cuando voy de cañas, en vez de mi tradicional Coca-Cola Zero me pido una buena cerveza. No es un cambio: es una evolución. Es dejar atrás los prejuicios, dejar de ser el niño bueno sólo porque era lo que se esperaba de mí. Liberar el cisne negro de mi interior para ser más yo que nunca. Y me encanta la sensación. No es sólo felicidad: es también libertad.

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Pet Shop Boys - The Most Incredible Thing

No pocos se sorprendieron cuando se supo que los Pet Shop Boys iban a componer la música para un ballet basado en una historia de Hans Christian Andersen. Parecía una mezcla imposible. El martes por fin salió a la venta, y me lo compré tras aguantar estoicamente sin escuchar ni los adelantos ni las filtraciones. Me alegro de haberlo hecho. Merece la pena esperar, no escuchar un disco hasta que por fin lo tienes en las manos y puedes hojear el libreto mientras suena la música. Ahí va mi crítica "on the go", escrita escuchando el CD de "The Most Incredible Thing" por primera vez.

ACT ONE
1. The Prologue
Introducción muy de títulos de crédito, muy clásica. Insinúa lo que vendrá después.

2.The Grind
Sorprende un inicio tan electrónico, parece que en cualquier momento vaya a estallar un himno ochentero. Se van sumando elementos orquestrales, la épica va en aumento... Luego se transforma en una especie de swing, un nuevo "Love etc." o "Can you forgive her (Swing Version)". Neil canta un trozo de la romántica "Baby", pero apenas podemos disfrutar de una estrofa y un estribillo antes de que se reanude la electrónica épica del principio y adopte tintes militares. 7 minutos de sorpresas.

3. The Challenge
Un inicio muy de que se asome un rey al balcón por primera vez, da paso a una sintonía de serie de televisión setentera en versión remix. Interesante es poco.

4. Help Me
Con ese piano, pensaba que empezaba el main theme de "Jurassic Park". Pero no. Después de dos cortes épicos, tocaba algo más intimista. Con leves acompañamientos de cuerda, el piano va desgranando su melodía melancólica. Una preciosidad.

5. Risk
Retomamos la electrónica experimental, esto parece Kraftwerk. Luego la orquestra irrumpe con un ¿vals? Eso parece. Qué momentazo cuando los instrumentos electrónicos repiten la melodía del vals y se empieza a mezclar todo.

6. Physical Jerks
¿Qué sería de Pet Shop Boys sin temas con coros? Parece un desfile militar soviético. Luego la cosa se tranquiliza, pero no sin una explosión final.

7. The Competition
Otro tema variado. Una intro orquestral da paso a otro de esos momentos ochenteros arrolladores, luego tenemos una especie de "New York, New York" donde sólo falta la voz de Frank Sinatra.

8. The Meeting
Una maravilla que, con la voz de Neil, podría haber sido una nueva "You only tell me you love me when you're drunk". Esa guitarra raspada, ese piano... Muy romántico. Los pelos como escarpias.

ACT TWO
9. The Clock 1-2-3
Por los títulos de esta sección, ya me imaginaba que sería lo más experimental de esta banda sonora. No me equivocaba: sonidos de relojes, ruidos raros, algún momento de orquestra intercalado... Es lo más parecido a lo que compusieron para "El Acorazado Potemkin".

10. The Clock 4-5-6
¿"Tubular Bells"? Coros fantasmagóricos, un arpa, sintetizadores de Vangelis... Parece que estemos adentrándonos en un templo submergido. Suena el reloj y todo cobra vida, en medio de un espectáculo de Las Vegas, un robot canta alguna antigua canción que ya hemos olvidado.

11. The Clock 7-8-9
Al principio, este corte tan orquestral me ha recordado a la película "Fantasía" de Disney. Luego hay un trozo con campanas que parece una boda, se enlaza con un guiño al último Movimiento de la 9ª Sinfonía de Beethoven (la "Oda a la Alegría", vaya) y un final más discreto.

12. The Clock 10-11-12
Una voz robótica inicia una cuenta atrás y luego da instrucciones extrañas sobre una melodía tan misteriosa como urgente. Parece que vaya a despegar un cohete en cualquier momento. La tensión se relaja y empieza una melodía no sé si circense o de baile de gala en un lujoso salón vienés.

13. The Winner
Me imagino esto sonando en una gala de los Oscar mientras hacen alguna retrospectiva de ganadores del certamen. Festiva pero con un toque nostálgico y muy clásico.

14. Destruction
La más siniestra por ahora, lo cual no es raro con ese título. Muy de batalla final de película.

ACT THREE
15. Back To The Grind
Reconstrucción. Es lo que me evoca este tema. Lógico después del tema anterior.

16. The Miracle - Ceremony
Con esos coros, suena a intro de disco, recuerda al "God willing" del disco "Fundamental".

17. The Miracle - Revolution
Las han separado pero en realidad estas canciones forman parte del mismo proceso...

18. The Miracle - Resurrection
Sigue el crescendo, remarcado por una nueva cuenta atrás.

19. The Miracle - Colour And Light
Si eso que suena de fondo no es el "Prologue" de la saga de videojuegos "Final Fantasy", lo parece muchísimo. La escena culminante: después del drama, las cosas se arreglan. Optimismo.

20. The Miracle - The Meeting (Reprise)
Nueva versión de "The Meeting", con la misma magia pero cambiando la nostalgia original por entusiasmo. Suena a la ilusión de un reencuentro.

21. The Wedding
Pocas sorpresas: felicidad, campanas. Y comieron perdices.

Los Pet Shop Boys demuestran que 25 años después, lejos de agotarse su creatividad, siguen tan ambiciosos y con tanto talento como al principio. Algo envidiable. Dice mucho de ellos que todavía puedan sorprendernos con un proyecto de esta calidad. Por mí, que sigan muchos años más lanzando discazos como "Fundamental" y "Yes", alternándolos con experimentos como este ballet.

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The Adjustment Bureau / Destino oculto

Que no os engañe el póster y, sobre todo, que no os engañe el terrible título en castellano. Yo también pensé al ver semejante póster: "La enésima película palomitera de acción y persecuciones... qué pereza". Hasta que consultando la cartelera, al no encontrar nada que me llamase verdaderamente la atención, opté por leer las sinopsis de todas las películas y me sorprendió la de "Destino oculto". Así que animé a mi acompañante a verla, y acertamos de pleno. Una buena forma de devolverle el favor de tantas grandes películas que me ha descubierto él a mí.


Para empezar, el film está basado en un relato de Philip K. Dick. Esto ya es sinónimo de un mínimo de calidad para mí, ya que muchas películas que me encantan están basadas en historias suyas: "Blade Runner", "Desafío total", "Minority Report", "A Scanner Darkly".. Y que salga Emily Blunt (la otra secretaria en "El Diablo Viste de Prada") era un plus. Matt Damon ya como que me da un poco más igual, la verdad.

Como os decía, lejos de ser una película de acción sin sustancia, estamos ante una interesante mezcla de ciencia ficción con comedia romántica. Todo empieza cuando David Norris, un joven y prometedor político, tiene un flechazo con Denise, una bailarina. Se encuentran por casualidad en los baños de un hotel: ella no debería estar allí y él, en cierto modo, tampoco. El azar o el destino los ha unido, y los lleva a reencontrarse días después en el autobús.

¿El problema? Que ese mismo destino que los ha unido considera que no deben estar juntos, y hará todo lo posible por impedirlo. Los encargados de torpedear la incipiente relación son "la oficina de reajuste", unos siniestros hombres trajeados que desde la sombra se dedican a modificar las vidas de todos nosotros para que cumplamos con nuestra misión en la vida y no nos desviemos de lo que el destino nos tiene marcados. Pueden prever todos nuestros movimientos y puntos de inflexión, y manipularlo todo a su antojo. Por ejemplo, nos hacen derramar la taza de café para que nos manchemos y tengamos que coger otro autobús, en vez de aquel donde iba la mujer de nuestros sueños. El famoso universo corrector de "Lost" en forma de burócratas.


Destino versus libre albedrío, azar versus causalidad, tomar tú las decisiones o dejarse arrsastrar por la corriente, rebelarte contra la vida que deberías llevar, los peligros de saber por adelantado lo que te espera al doblar la esquina y por tanto, ser consciente de las consecuencias de tus decisiones. A través de la historia de amor de los protagonistas, "Destino oculto" reflexiona sobre muchos temas a los que ya he dedicado otras entradas de blog, porque me fascinan. Qué puñetero es el destino: del mismo modo que puso en contacto a Denise y David, parece que intenta mantenerlos separados a toda costa.

A un desarrollo poderoso y una puesta en escena con las pretensiones justas, se suma la química entre ambos actores, un punto clave en este tipo de películas. Y funciona, funciona muy bien. Es una lástima que el mal trabajo de márketing y la manía de ir a lo obvio al traducir títulos al castellano, hagan que esta película quede tan camuflada en la cartelera. Los amantes de la acción pura y dura se aburrirán mucho; y quienes gusten de la ciencia ficción light o de las grandes historias de amor con un giro interesante, la pasarán por alto. Por mi parte, si sois de los segundos, os la recomiendo. No se convertirá en vuestra película favorita, pero fácilmente será una de esas que os guste recomendar. Yo todavía sigo dándole vueltas a eso de destino versus libre albedrío...

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You get what you need

Mi madre tiene un dicho: "Sólo encuentras lo que no buscas". Lo aplica a todo: a la vida en general, pero sobre todo cuando me paso media hora buscando sin éxito algo en la nevera y ella tiene que acercarse diciendo: "Como vaya yo y lo encuentre"... Y ella lo encuentra a la primera, claro. Qué duda cabe, las madres tienen ese extraño poder. Y entonces, como para calmar mi sensación de estar ciego, me repite su mantra: "Bueno, es normal. Sólo encuentras lo que no buscas."


Y creo que tiene razón. Generalmente, las cosas buenas no las encuentras: te encuentran ellas a ti. Y por algún extraño motivo, sólo van a tu encuentro cuando dejas de buscarlas, cuando te olvidas de ellas. Quizá es porque entonces te relajas y sin darte cuenta dejas la puerta entreabierta, un pequeño resquicio por el que pueden colarse. Últimamente lo he hablado con varios amigos. Es demasiado tentador ponerse a buscar las cosas, pero es mejor dejar fluir.

Es como cuando remueves la habitación entera intentando dar con ese papel donde apuntaste algo importante, y estás seguro de que lo dejaste "ahí", pero no hay manera de que aparezca, ni ahí ni en ninguna parte. Hasta la mañana siguiente, que casi sin pensarlo coges un libro y ahí, justo ahí, está el papel. O como cuando estás buscando el mechero en el bolsillo y de repente das con una moneda de dos euros: los dos euros que te faltaban para comprar tu revista favorita mañana, cuando salgas de casa y pases por delante del kiosko. Da igual de dónde hayan salido esos dos euros. Si los encuentras, no hay que desaprovecharlos. Estas oportunidades sólo se dan una vez. Y eso es lo más bonito.

You can't always get what you want
But if you try sometimes you might find
You get what you need

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What's there to see if I look closer?

A veces, me gusta imaginar las vidas de cierta gente con la que me cruzo por la calle, el metro o algún bar. No de una forma tan ultra analítica como Sherlock Holmes, que de un botón a medio caer y una mancha entre los dedos es capaz de contarte la vida, milagros y currículum completos de cualquiera, ni tampoco imagino las vidas de todo el mundo, desde luego. Pero de personas con un aura especial sí me gusta imaginar si están casados o tienen pareja, si son felices, de qué trabajan, o quizá qué estudian, qué han comido hoy, adónde se dirigen, su forma de ser, la importancia de sus gestos cotidianos (pestañear, caminar, cortar un bistec, llevarse la mano al bolsillo)... Son gente a la que no llegaré a conocer jamás, pero sin duda habría sido enriquecedor. Supongo que me sirve de entrenamiento para dar más vida a los personajes de mis novelas.


Lo que no me gusta es juzgar. Juzgar me parece mezquino. Hace años sí pecaba de criticón, lo admito, pero con el tiempo me gusta pensar que he madurado. Que he comprendido que nadie es perfecto pero, sobre todo, que todo el mundo es especial a su manera y tiene algo que aportar. Quedarse en la superficie es muy fácil, pero ahondar en una persona y darle una oportunidad resulta mucho más gratificante. Prefiero recordar que ese "viejo loco" dando patadas a una caja de zapatos habrá vivido una vida más intensa que la nuestra y que esa chica aún pintada de estatua humana bebiendo absenta en la mesa de la esquina de un bar conserva todas esas ilusiones que nosotros hemos olvidado. Que en una pareja donde ella es "demasiado mayor" para él y él "demasiado joven" para ella, de hecho ambos estarán gozando y aprendiendo mucho gracias a la edad del otro: esa diferencia de edad es la clave, no un escollo; que dos personas que "no encajan" en realidad están complementándose y dándose el uno al otro justo lo que necesitan, justo aquello que quienes les dicen que "no encajan" no podrían aportarles jamás.

Los seres humanos somos demasiado interesantes y complejos como para quedarse sólo en la fachada. Por eso sigo observando, sigo imaginando y, cuando es posible, conozco a las personas y disfruto de ellas.

1 comentarios

Love letter to Japan


Nos creemos los dueños del planeta y para él somos incluso menos que hormigas microscópicas. Nos creemos invulnerables y en cualquier momento un zurriagazo se nos lleva por delante para siempre. Estás, no estás.

Yo, que antaño fui el más rencoroso y mi lema vital era la angustia, voy aprendiendo a perdonar, a dejar ir (en inglés suena mucho mejor: "let go"), a vivir sin remordimientos y a disfrutar. Sólo eso, o sobre todo eso: disfrutar. Quiero ser feliz el día que muera, no tener cuentas pendientes, no guardar rencores absurdos y saber que he saboreado al máximo lo que la vida me ha traído. No es fácil, pero merece la pena. Y estos desastres naturales tan inesperados como devastadores deberían recordárnoslo. Que estar a salvo en nuestra casa con calefacción y conexión ADSL no nos atonte. Hay que vivir cada segundo como si fuera el último y no desaprovechar las oportunidades que se nos presenten.

Sonará como queráis, injusto quizá, pero me ha afectado y conmovido muy especialmente la tragedia en Japón, incluso más que otras más graves (¿cómo se mide esto de la gravedad?). Qué os voy a contar: vivo de ello, mi tienda está completamente dedicada a la cultura japonesa. Es un país al que adoro. Con sus luces y sus sombras, claro, pero lo adoro y necesito volver pronto. Me he emocionado con experiencias del terremoto como por ejemplo la de Héctor García (Kirai). Cosas bonitas pueden surgir incluso en la tragedia más terrible.

Así que desde aquí, envío todos mis ánimos y mi amor y mi cariño a Japón y la gente que allí vive y disfruta y sufre y muere día a día. Estoy convencido de que sabrán salir adelante y reconstruirse pronto, pocos pueblos hay con tal capacidad de recuperación y de recuperar la normalidad.