Denton Wench - En la juventud está el placer
Que me regalen un libro es lo mejor. Pero si además alguien se arriesga con un libro poco conocido porque cree que encajará conmigo... eso ya no tiene precio. Éste me lo regaló el chico de las mil cámaras por mi cumpleaños y fue un repóker de aciertos: título, portada, argumento, vida del autor (gay e inválido a principios del siglo XX, casi nada); incluso la editorial, porque quiero empezar a coleccionarla
No es una novela de iniciación, o al menos no la típica. Orvil es un adolescente en el primer verano de su adolescencia, pero tiene poco de inexperto. Sus fantasías son las de un adulto. Enlaza experiencias reales con visiones, esas asociaciones de ideas extrañas que nunca reconocerías en público. Morbos que tú también has tenido, flashes de un instinto primario, previo a la humanidad o a la sociedad.
Tal es la precisión para los detalles de Denton Wench que más que recordar parece que esté viviéndolo todo al ritmo que lo escribe. Todas las imágenes, desde los destellos que arranca el sol a los pelos de una pierna, hasta una bandeja de pasteles, tienen una carga erótica importante. Una cámara de cine en perpetua erección.
Llega un día en el que asumes quién eres y aprendes que la única forma de sobrevivir es sonriendo. Contestando al mundo con tu sonrisa. Y En la juventud está el placer es un homenaje a eso. Al día que descubres tu fuerza, la rareza que te hace único, y ya no hay quien te pare. La sonrisa no es un escudo, es tu ariete.
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