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Scream 4

Cuánto me duele no haber visto "Scream 4" en el Festival de Cine de Sitges para poder aplaudir efusivamente tras cada escena, cada frase y cada guiño. El ambiente friki-festivo que se vive en Sitges es único. Las butacas están pobladas de gente variopinta, unidos porque disfrutamos del cine fantástico y de terror, nos lo pasamos bien y lo compartimos. Cada película allí es una pequeña fiesta. Aplausos, risas y gritos.  Es un festival que le sentaría como un guante a una saga cinéfila y traviesa como "Scream". Nada que ver con la desoladora sala medio vacía que me encontré el miércoles: una pareja de chinos que creo que no entendían castellano, otra pareja que iban allí a liarse, un grupo de amigas que pretendían contarse media vida y un grupo de críos que sólo querían reírse con cada salpicadura de sangre para demostrar que no pasan miedo, que ya son mayores. En fin, yo a lo mío.


Sospecho que no fui el único que se echó a temblar cuando anunciaron la cuarta parte de "Scream". ¿De verdad era necesario resucitar 11 años después esta saga? ¿No habíamos tenido suficiente con el espanto de "Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal"? Pero es que, como ya ocurría con "Toy Story 3", precisamente la fuerza, la razón de ser de "Scream 4" es el largo tiempo que ha transcurrido desde la anterior entrega. Hemos crecido, el cine de terror ha evolucionado, la industria del cine naufraga en un mar de remakes y reboots, ahora las grandes historias se cuentan en las series de televisión, tenemos vida 2.0 y móviles con todas las aplicaciones imaginables...

Todo eso lo coge "Scream 4" y lo aprovecha para armar una celebración del cine de terror, con todo lo bueno y todo lo malo del género. Es un emotivo homenaje a la saga, un fan-service descarado y contínuo. Hay sustos, claro, pero la intención primordial es que los espectadores se diviertan. Incluso que se rían, con un espíritu autoparódico sanísimo y desternillante que las prescindibles "Scary Movie" jamás podrán alcanzar. Su público objetivo somos aquellos que crecimos con "Scream", que las vimos en el cine y después las alquilábamos en VHS, que íbamos a ver en tropel sucedáneos descafeinados como "Sé lo que hicistéis el último verano".


Desde un prólogo deslumbrante a un tercer acto apoteósico, la película se resume en dos frases: "New decade, new rules" y "Don't fuck with the original". Lo han conseguido. Una secuela digna (tan digna que es la mejor película de la saga tras la primera parte), un gran homenaje que mantiene el espíritu pero también sabe renovarse. Hay fallos, claro: el ritmo a veces decae, las muertes no impactan tanto como deberían y se le podría haber sacado aún más jugo a la vida 2.0. Pero da igual: me conformo con haber disfrutado tantísimo con algo que pensaba que iba a ser aún más espantoso que la resurrección de Indy. Supongo que no se comerá un rosco porque las nuevas generaciones no la entenderán (ni se molestarán en informarse y descubrir que ese "4" implica que hay tres entregas anteriores), pero pueden sentirse orgullosos de dejarnos tan satisfechos a quienes sí crecimos con "Scream".

A todo esto, la obra magna del metacine, de los homenajes, parodias, guiños y ejercicios de estilo en torno al cine fantástico y de terror, sigue siendo la serie de televisión "Supernatural". Salí del cine con unas ganas inmensas de retomarla.

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5 comentarios:

Abuga dijo...

Yo disfruté como un enano y pensé exactamente igual que tu con lo de que esa película en Sitges habría sido la puta caña.

De hecho, yo no me corté al final en aplaudir y gritar: Jodete! jjajajajja

Genial es poco!

Alex Pler dijo...

Yo iba a aplaudir pero encima que iba solo no quería que me mirasen como a un loco jajaja. En Sitges habría sido increíble. Este año repetimos maratón, ¿no?

Fernando Bside dijo...

Veo, cosa que me gusta, que somos varíos los que queríamos aplaudir.

Yo especialmente en el tercer acto hay cada momento entre las excusas del asesino/os de porque mata a la gente, y el momento "Lo va a hacer... lo va a hacer... ¡SE LE HA IDO LA PINZA DEL TODO" (Que pensaba yo en voz alta en el cine) que me hubiera levantado a aplaudir y llorar de la emoción.

Es una película para disfrutar, pero a lo grande y con su momento incluso de crítica social. Disfruté como hacía tiempo que no lo hacía en el cine.

Alex Pler dijo...

Sí, yo también noté ese elemento de crítica social. Y no sólo en los motivos de los asesinos. Pero toda esa crítica hace aún más evidente que a diferencia de la película de terror media, Scream 4 no está dirigida a los adolescentes actuales.

Ronan dijo...

Cuando me enteré de que estaban rodando esta 4º parte me pasó como a ti, no me gustaba nada la idea. Aparte de todo los nombráis (las referencias, las ironías, la autoparodia, etc), una de las cosas que hace de la saga Scream algo especial para mí es que los personajes tienen algo que se echa mucho en falta en el 99& de las pelis de terror: humanidad. Con Sidney, Gale y Dewey tengo la sensación de que son personas de carne y hueso; y no carne de cañón con nombres genéricos tipo Ryan, Jesse, Mark o Tiffany que se describen por un estereotipo: "la rubia tonta", "el negro gracioso que muere el primero", "el amigo idiota"... El caso es que recordaba nítidamente el final de la 3ª película: por fin todo se ha solucionado, y los personajes centrales hacen una comida juntos para celebrarlo. Sidney se queda solo un instante junto a la entrada de la casa, y se da cuenta de que se ha dejado la puerta abierta. La mira un instante, inquieta, y hace ademán de ir a cerrarla... y entonces sonríe con confianza y decide dejarla así.
En las pelis de miedo lo típico es el susto final, una indicación de que realmente no han matado al asesino, etc. ¿Y qué hacían en Scream? Pues enseñarte que la protagonista ha conseguido pasar página y no es una persona traumatizada =) Me encanta. Y por eso mi principal miedo con S4 era que se cargaran todo esto, y quizás matar a alguno de los principales...Pero la verdad es que al final sí me gustó. Un abrazo

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